Hay cosas en la vida que llegan sin avisar: un mensaje de tu ex, una gotera en el techo… o una llaga en la boca. Todo iba bien hasta que, de pronto, ¡zas! Una pequeña herida aparece en la lengua, la encía o el interior del labio y hace que comer, hablar o sonreír sea doloroso y difícil.
Y aunque suelen parecer inofensivas, las llagas bucales pueden hacerte sentir como si te estuvieras mordiendo el alma cada vez que tragas saliva. Pero que no cunda el pánico: este artículo es una guía para entender por qué aparecen, cómo tratarlas, prevenirlas, y cuándo es momento de levantar la ceja y decir: “¿Y si esto es algo más?”
¿Por qué aparecen las llagas en la boca?
La clínica dental Ubierna, clínica dental con más de 38 años de experiencia en el sector, nos explican cuáles son las causas más frecuentes de la aparición de las llagas, para que las tengas presentes siempre:
- Estrés: El cuerpo habla, y a veces, lo hace desde la mucosa bucal.
- Lesiones pequeñas: Como morderse accidentalmente o cepillarse con demasiada fuerza. También los brackets o dentaduras mal ajustadas pueden ser los culpables.
- Defensas bajas: Cuando el sistema inmunológico está de vacaciones, aparecen las llagas.
- Cambios hormonales: En especial en mujeres. Porque, al parecer, las hormonas no descansan nunca.
- Deficiencia de vitaminas: Especialmente hierro, vitamina B12 o ácido fólico.
- Ciertos alimentos: El tomate, los frutos secos, las especias fuertes, el chocolate (triste, pero cierto…) pueden desencadenarlas.
- Enfermedades autoinmunes o digestivas: Como el Crohn o la celiaquía. Pero de eso hablaremos más abajo.
Tratamiento para las llagas bucales
Ir al dentista (sí, aunque dé pereza)
Aunque muchas llagas se curan solas en unos días, hay ocasiones en las que conviene pedir cita con el dentista:
- Si la llaga no se cura en 10-14 días.
- Si es muy dolorosa, grande o frecuente.
- Si aparecen muchas a la vez.
- Si va acompañada de fiebre o malestar general.
El dentista puede revisar si hay alguna causa mecánica (como un aparato que roza) o recomendarte algún tratamiento profesional: desde enjuagues especiales hasta cremas tópicas, antifúngicos si hay infección o, en casos más raros, una biopsia.
Remedios naturales
Hay quien prefiere lo natural, lo que no arde al contacto y no sabe a medicina:
- Enjuague con agua con sal: El clásico. Una cucharadita de sal en un vaso de agua tibia. No sabe rico, pero ayuda a desinfectar y acelerar la cicatrización.
- Manzanilla: Sus propiedades calmantes y antiinflamatorias son perfectas para hacer enjuagues o incluso aplicarla con una gasa.
- Aloe vera: Directo de la planta, si es posible. Aplica una gotita sobre la llaga y deja que haga su magia.
- Bicarbonato de sodio: Mezclado con un poco de agua hasta formar una pasta. Ayuda a neutralizar los ácidos en la boca.
- Agua oxigenada (diluida): Ideal para desinfectar, aunque debe usarse con mucha precaución y en dilución 50/50 con agua.
- Aceite de coco: Es antibacteriano, calmante y, además, ¡sabe bien!
Ojo: estos remedios alivian y ayudan a cicatrizar, pero si la causa es más profunda, se quedarán cortos.
Remedios de la abuela (los de toda la vida)
A veces, las abuelas saben más que cualquier doctorado. Aquí sus clásicos:
- Toque de leche de magnesia: Calma la zona y crea una capa protectora.
- Un poco de miel: Antibacteriana, cicatrizante y dulce. Ganamos por todos lados.
- Pétalos de rosa infusionados: Sí, suena poético, pero tiene propiedades antiinflamatorias.
- Quitar alimentos ácidos: Mientras tengas la llaga, evita el zumo de naranja, el tomate y el vinagre. La abuela dice que arde como el infierno. Y tiene razón.
- Aplicar hielo: Reduce el dolor y la inflamación.
Nota: no todo lo que dice la abuela sirve para todo. El ajo crudo directo sobre la llaga, por ejemplo… mejor no. A menos que quieras llorar.
Otros tratamientos útiles (de farmacia o no)
- Geles específicos: Hay varios productos en farmacias que ayudan a formar una capa protectora y aliviar el dolor (tipo Aloclair, Urgo Aftas, etc.).
- Enjuagues con clorhexidina: Antiséptico de amplio espectro. A usar según indicación.
- Sprays bucales anestésicos: Para esos días en que comer una patata frita parece escalar el Everest.
- Parches orales: Se pegan sobre la llaga y la protegen. Son como curitas para la boca.
Prevención: cómo evitar que vuelvan a aparecer
Porque sí, una llaga es una desgracia. Pero varias son una maldición. Prevenir es la clave:
- Evitar alimentos irritantes: No a los muy ácidos, muy calientes, muy salados o muy picantes.
- Cepillarse con suavidad: Y usar un cepillo de cerdas blandas. No hace falta exfoliar la encía.
- Revisar los niveles de vitaminas: A veces, un análisis de sangre da pistas.
- Higiene bucal de 10: Cepillarse, usar hilo dental, enjuague… y no compartir cubiertos ni cepillos.
- Reducir el estrés: Meditación, paseos, hablar con alguien. El estrés se refleja hasta en la boca.
- Hidratación: Beber suficiente agua evita que la mucosa se seque y se vuelva vulnerable.
- Proteger los labios del sol: Sí, el sol también puede causar lesiones en la boca. Un buen bálsamo labial con SPF ayuda.
Problemas subyacentes
A veces, el cuerpo está tratando de decirte algo más:
- Déficit de hierro o vitaminas del grupo B: Frecuente en personas con dietas restrictivas.
- Celiaquía: En algunos casos, las llagas son uno de los primeros signos.
- Síndrome de Behçet: Enfermedad autoinmune poco común, pero que se manifiesta con úlceras bucales y genitales.
- Lupus: Otra enfermedad autoinmune que puede causar lesiones orales.
- Problemas gastrointestinales (Crohn, colitis ulcerosa): Las llagas bucales pueden ir de la mano con la inflamación intestinal.
- VIH: Una bajada drástica en defensas puede aumentar la aparición de aftas.
- Cáncer oral: Raro, pero si una llaga no se cura en más de 3 semanas, es importante revisarla.
Cuando las llagas son persistentes, recurrentes o extrañas, toca dejar el aloe vera y coger el teléfono: toca visita al médico.
Consejos adicionales
- Evita los enjuagues con alcohol: Secan la mucosa y pueden empeorar la irritación.
- Duerme bien: El descanso también fortalece el sistema inmune.
- No fumes: El tabaco irrita la boca y retrasa la cicatrización.
- Come equilibrado: Frutas, verduras, legumbres, cereales… tu boca también se alimenta.
- Cuida tu digestión: Lo que pasa en el estómago, se refleja muchas veces en la boca.
- No te obsesiones: Una llaga no significa el fin del mundo. Relájate, cuídala y sigue con tu vida.
Otros datos curiosos que no sabías sobre las llagas
- No son contagiosas. Aunque parezcan sospechosas, no se pegan.
- Suelen curarse solas en 7-10 días. Es decir, lo que tarda una serie en engancharte.
- Los niños también las sufren. Especialmente cuando les bajan las defensas o tienen virus.
- El picante es su kriptonita. Y sí, lo sabemos, el curry es adictivo… pero no cuando hay una llaga en la lengua.
¿Y qué pasa si no hago nada?
Vale, puede que alguien esté tentado a pensar: “Bah, si la llaga se va sola… ¿para qué hacer nada?” Pues bueno, eso depende. A veces sí, desaparece sin ayuda en unos días, pero ignorarlas por completo puede convertir una molestia pasajera en algo mucho más duradero y peligroso.
Para empezar, una llaga sin cuidar puede infectarse. Y no es lo mismo una pequeña heridita que una llaga con pus, mal olor y aspecto de ciencia ficción. Si encima seguimos comiendo cosas ácidas o picantes, no dormimos bien y nos estresamos, esa herida puede empeorar.
Además, si se repiten con frecuencia, ignorarlas significa perder la oportunidad de descubrir por qué aparecen. Y ya lo dijimos: el cuerpo a veces manda mensajes en clave… y la boca es una de sus formas favoritas. Por ejemplo, una deficiencia de vitamina B12 no solo provoca aftas, sino también fatiga, falta de concentración o anemia. ¿Te suena? Exacto: tratar solo la llaga sin ver el cuadro completo es como poner una tirita en un caño de agua roto.
Y por último, está el tema de la calidad de vida. Puede parecer exagerado, pero una llaga en la boca puede dificultar muchísimo cosas tan simples como comer, besar, lavarse los dientes o incluso hablar. ¿Realmente vale la pena sufrir innecesariamente cuando hay soluciones al alcance?
Así que no, no hacer nada no es la mejor opción
Un poco de atención, otro poco de cariño y tal vez una visita al especialista pueden hacerte mucho bien. Porque aunque las llagas no son el fin del mundo, tampoco son algo que deba vivirse como un castigo divino… especialmente cuando hay tantas formas de calmarlas, curarlas y, con suerte, despedirse de ellas para siempre.
Combátelas, no dejes que vengan para quedarse
Las llagas bucales no van a desaparecer del planeta, pero eso no significa que tengas que sufrirlas sin pelear. Saber por qué aparecen, cómo tratarlas y, sobre todo, cómo prevenirlas, puede convertirte en un auténtico ninja de la salud oral.
Desde los remedios naturales más tiernos hasta la visita al dentista, hay un montón de formas de hacerles frente. Lo importante es no ignorarlas, no dramatizar, y tener a mano siempre un botiquín con todo lo necesario para sobrevivir a una de estas invasiones microscópicas.
Porque sí, duelen. Pero tú puedes con eso… y más.