Seguridad y salud: dos aspectos clave de los que cuidar cuando tenemos un bebé

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La salud de una persona es especialmente vulnerable en dos momentos de la vida: el primero de ellos guarda relación con los primeros días y semanas de su existencia, cuando apenas es una pequeña criaturita que necesita cuantos más mimos mejor y el segundo está directamente relacionado con la vejez, un momento en el que el cuerpo humano ya está desgastado y en el que también se necesitan los mejores cuidados para evitar que podamos sufrir dolores de todo tipo que nos amarguen la existencia en los que van a ser los últimos años de nuestra vida.

En los próximos párrafos, vamos a prestar atención especial a uno de esos momentos, el de la pequeña infancia, el de esos primeros días o semanas de vida de las personas. Ni que decir tiene que los padres y madres tienen una labor muy importante en lo que tiene que ver con la seguridad y el mantenimiento de la salud de los más pequeños cuando tienen tan poco tiempo de vida. Por tanto, es necesario extremar las precauciones y la vigilancia. Y también es imprescindible que estemos al tanto de todo lo que sea necesario conseguir para hacer posible que el bienestar del pequeño o pequeñas sea el máximo posible.

Una de las cosas en las que primero estaréis pensando será en la ropa o en los pañales. Estamos hablando de cosas de las que se dispone desde semanas antes de la llegada del bebé. Y son cosas que, desde luego, hay que tener muy en cuenta porque no nos podemos quedar en fuera de juego. También es interesante disponer de comida y algunos enseres que nos vayan a ser de utilidad en un momento como ese. Hablamos de una situación de la máxima relevancia y en la que los padres y las madres no podemos fallar porque está en juego el bienestar e incluso la salud de los recién llegados.

La seguridad del bebé es un aspecto importante y que debemos tener en cuenta cuando vamos a comprar los diferentes productos que va a usar durante sus primeros meses y años de existencia. Echando un vistazo a la web de The Baby House, podemos ver una variedad enorme de productos (un carricoche, una silla para el coche o un parque para casa, entre otras muchas cosas) en los que la seguridad es un aspecto primordial. A fin de cuentas, este es un elemento que todas las familias con bebés siempre tienen en cuenta y que puede suponer un potente argumento de ventas.

En ese sentido, podemos decir que las cosas han cambiado mucho de un tiempo a esta parte. En concreto, cada uno de los bebés que nace ahora dispone de muchas más cosas de las que disponían los bebés de antes. La seguridad de la que hemos hablado antes brillaba por su ausencia, el número de prendas de vestir de la que disponía cada bebé no era tan grande como lo es ahora y la comida no era de tanta calidad. Por tanto, podemos decir que ahora sí que es más cómodo cuidar de un bebé recién nacido. Antes era verdaderamente complicado entre unas cosas y otras.

Es cierto que la vida es mucho más difícil ahora, que es lo que está haciendo que mucha gente se lo piense dos veces a la hora de tener un bebé. Los puestos de trabajo eran mucho más estables de lo que son ahora, los jóvenes tenían mayor capacidad para ahorrar como consecuencia de ello y los precios de elementos como la vivienda no tenían nada que ver con lo que son ahora. Eso permitía que la gente tuviera más aire para respirar, más capacidad para hacer grandes inversiones económicas y tener hijos. Ahora, nos lo pensamos dos veces antes de iniciar un modelo de vida como ese.

Una prueba fehaciente de lo que os acabamos de decir se refleja en la noticia que vamos a compartir con todos vosotros y vosotras a continuación y que procede del diario 20 Minutos. Se decía que, a pesar de que habían nacido más bebés mes a mes en 2024 que con respecto al año anterior, seguían naciendo un 24% menos que hace diez años. Estamos hablando de un decrecimiento importante para ser solo una década, pero es que no cabe la menor duda de que las cifras podrían llegar a ser mucho más alucinantes si comparamos los datos de ahora con respecto a los que había en las décadas transcurridas entre 1960 y el año 2000.

Se tienen menos hijos, pero los que se tienen, poseen más cosas. Se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. Nosotros queremos ser positivos y la verdad es que es idóneo que, al menos, haya una variedad de opciones en todos los productos que necesita un bebé. Afortunadamente, eso incide sobre la salud, la seguridad o la higiene de los más pequeños, aspectos que son elementales para garantizar su bienestar y que van a hacer posible que se desarrollen exactamente del modo en que queremos. Es un punto a favor y nadie puede negar que ese desarrollo y crecimiento es tan real como la vida misma.

El coste de tener un bebé preocupa durante los primeros meses a los padres y madres 

Es evidente que analizamos todo desde el punto de vista económico. No cabe la menor duda de que el bolsillo es lo que manda en nuestra vida y que es lo que determina lo que podemos o lo que no podemos hacer. Las parejas tienden a pensar detenidamente en un aspecto como este antes de tener hijos o no. ¿Podemos permitírnoslo?, nos preguntamos antes de ello. Si la respuesta no es positiva, lo lógico es que tomemos todas las precauciones posibles. Si la respuesta a esa pregunta es positiva o creemos que puede ser positiva, lo mejor es que nos preparemos.

De acuerdo con la información que se desprende de una noticia publicada en la página web de la cadena de radio Onda Cero, el coste que supone para una familia el primer año de existencia del bebé es de 7.000 euros, o lo que es lo mismo, 600 euros al mes de manera aproximada. En una pareja que tenga a sus dos integrantes trabajando y con un sueldo interesante, es fácil plantearse la posibilidad de tener un hijo, pero si esa no es la realidad que rodea a la pareja, la situación cambia por completo y las dudas son las que van a caracterizar el debate.

¿Podemos contabilizar el trabajo con educar a un hijo o hija?

Hemos hablado hasta ahora de dinero, pero no lo hemos hecho de un factor que tiene tanto o más valor que el mismísimo dinero: el tiempo. Resulta que ha llegado un punto de la vida en el que cada vez más gente valora tener tiempo libre, de ocio, tiempo para disfrutar de su familia o de sus amigos. Esta es una buena noticia porque estamos hablando de un factor que tiene una influencia directamente proporcional a la felicidad que podemos llegar a tener a lo largo de nuestro día a día. El dinero puede contribuir de manera sustancial a conseguir esa felicidad, pero el tiempo también. ¿De qué no sirve tener dinero si no vamos a tener tiempo para gastarlo?

El tiempo es también un factor que debemos tener muy presente en el análisis del asunto principal del que estamos hablando a lo largo de todo este artículo, el de tener un bebé y conseguir todo lo mejor para que pueda desarrollarse y crecer como queremos. ¿Se puede compatibilizar en nuestra vida tener un hijo o hija con todas las obligaciones laborales que tenemos? Ahí está una de las grandes cuestiones que nos podemos hacer en esta materia. Si somos gente que se encuentra muy ocupada con el trabajo, personas que por ejemplo estén a cargo de un negocio, es posible que no vayamos a disponer de ese tiempo y que, por tanto, creamos que no podemos cumplir con lo que se deriva de tener descendencia.

Nos encontramos en un momento de la Historia en el que las personas pasamos más tiempo que nunca fuera de casa por motivos de trabajo. No solo tenemos que estar desarrollando nuestras labores habituales durante ocho horas cada día, sino que a eso también hay que sumarle todo lo que tiene que ver con el tiempo que empleamos en el transporte de ida y vuelta desde casa hasta el centro de trabajo. En pequeñas localidades o capitales de provincias no demasiado grandes, quizá ese tiempo no sea demasiado. Pero en grandes urbes como Madrid, Barcelona y otras muchas capitales europeas, supone un tiempo considerable. Afortunadamente, se están desarrollando leyes en España que van conducidas a reducir la jornada laboral, algo que es imprescindible para coordinar mucho mejor las labores profesionales con las propias de nuestra vida privada. Eso, sin duda, va a tener una repercusión positiva a la hora de que nos planteemos la posibilidad de tener hijos e hijas.

 

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