El insomnio es un trastorno del sueño que dificulta conciliar o mantener un descanso adecuado. Puede ser provocado por diversas causas, como estrés o trastornos médicos, y afecta negativamente la calidad de vida al generar fatiga y problemas de concentración. Así lo define la doctora Raquel Calles Marbán, psiquiatra experta con enfoque comprensivo y empático.
El insomnio puede ser agudo o crónico. El insomnio agudo, por lo general dura menos de tres meses y suele estar relacionado con situaciones puntuales de estrés. El insomnio crónico dura tres meses o más y puede estar causado por una variedad de factores, como problemas de salud mental, enfermedades médicas o medicamentos.
Síntomas del insomnio
El insomnio, caracterizado por la dificultad para conciliar el sueño, permanecer dormido o una mala calidad del mismo, afecta a un porcentaje significativo de la población. Si bien sus síntomas pueden variar de persona a persona, comprenderlos en detalle es crucial para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
- Dificultad para conciliar el sueño
Uno de los síntomas más comunes del insomnio es la dificultad para conciliar el sueño. Se manifiesta como la incapacidad para quedarse dormido en un período de 30 minutos o más a pesar de estar en la cama y relajado.
- Despertares nocturnos
Despertarse varias veces durante la noche y no poder volver a dormirse fácilmente es otro síntoma frecuente. Estos despertares pueden ser breves o prolongados, y generar una sensación de fragmentación del sueño.
- Sueño poco reparador
Incluso si se duerme la cantidad de horas recomendada, el insomnio puede manifestarse como un sueño de mala calidad. Este tipo de sueño no resulta reparador, por lo que la persona se despierta sintiéndose cansada y sin haber descansado lo suficiente.
- Despertar temprano
Despertarse antes de la hora deseada y no poder volver a dormirse es otro síntoma común. A pesar de sentir sueño, la persona se encuentra alerta y no puede conciliar el sueño nuevamente.
- Somnolencia diurna
La somnolencia excesiva durante el día es una consecuencia directa del insomnio. La falta de sueño durante la noche provoca fatiga y somnolencia diurna, lo que afecta el rendimiento laboral, académico y personal.
- Síntomas cognitivos
El insomnio también puede afectar las funciones cognitivas. Dificultad para concentrarse, problemas de memoria, lentitud para procesar información y toma de decisiones erróneas son algunos de los síntomas cognitivos asociados al insomnio.
- Síntomas emocionales
El insomnio puede tener un impacto significativo en el estado emocional. Irritabilidad, ansiedad, depresión, cambios de humor y frustración son algunos de los síntomas emocionales que pueden presentarse.
- Síntomas físicos
Dolor de cabeza, tensión muscular, malestar estomacal y aumento de la frecuencia cardíaca son algunos de los síntomas físicos que pueden acompañar al insomnio.
Causas
Comprender las causas subyacentes del insomnio es fundamental para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Causas psicológicas
Las causas psicológicas son las más comunes del insomnio. Entre las principales se encuentran:
- El estrés crónico es un factor que puede dar lugar al insomnio. Derivadas, por ejemplo, del trabajo, problemas familiares o personales.
- Los trastornos de ansiedad también están estrechamente relacionados con el insomnio.
- Los sucesos traumáticos, como accidentes, actos de violencia o desastres naturales también son posibles causas que dificultan el sueño.
Causas médicas
Ciertas enfermedades médicas pueden causar o empeorar el insomnio. Las más comunes incluyen:
- Apnea del sueño: se trata de un trastorno respiratorio que produce pausas en la respiración durante el sueño. Estas pausas tienen dos consecuencias, interrumpir el sueño y/o provocar somnolencia diurna.
- Dolor crónico: el dolor persistente, independientemente de su origen, es decir, articular, muscular o neuropático, afecta a la dificultad de conciliar el sueño y en consecuencia, provoca insomnio.
- Reflujo ácido: el reflujo ácido, también conocido como enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), puede causar acidez estomacal e indigestión. Ambos afectan al sueño.
- Otras enfermedades: otras enfermedades que pueden causar insomnio incluyen asma, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal y enfermedades neurológicas como la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer.
Diagnóstico
Un médico puede determinar la causa o las causas subyacentes del insomnio y recomendar el tratamiento adecuado, que puede incluir terapia conductual cognitiva para el insomnio (TCC-I), medicamentos para dormir o cambios en el estilo de vida.
Consulta médica
El primer paso para diagnosticar el insomnio es consultar con un médico. El médico realizará una evaluación médica completa, que incluirá:
- Historia clínica: el médico revisará su historial médico, incluyendo medicamentos actuales, alergias, enfermedades pasadas y cirugías.
- Examen físico: el médico realizará un examen físico para descartar cualquier causa médica subyacente del insomnio.
- Evaluación psicológica: el médico puede considerar necesario analizar el estado mental y emocional de la persona en cuestión. A través de otros síntomas como ansiedad o depresión, y realizando una entrevista.
Pruebas adicionales
En algunos casos, el médico, de no estar seguro, puede llevar a cabo otras pruebas para detectar otras causas. Por ejemplo:
- Estudio del sueño: sirve para registrar la actividad cerebral, respiración, niveles de oxígeno en sangre, movimientos corporales y patrones de sueño. Ayuda a detectar problemas como la apnea del sueño.
- Análisis de sangre: para detectar otras afecciones como cambios hormonales o la falta de alguna vitamina.
- Pruebas de imagen: en algunos casos, el médico puede solicitar pruebas de imagen, como tomografías computarizadas o resonancias magnéticas, para descartar anomalías estructurales en el cerebro que puedan estar afectando el sueño.
Criterios diagnósticos
Para diagnosticar el insomnio, el médico considerará su historial médico, los resultados del examen físico, las evaluaciones psicológicas y las pruebas adicionales. Los criterios diagnósticos para el insomnio según la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) incluyen:
- Dificultad para iniciar o mantener el sueño, o sueño de mala calidad que resulta en fatiga diurna o deterioro del funcionamiento diurno durante al menos tres meses.
- La dificultad para dormir no se explica completamente por otros factores, como jet lag, un cambio en el horario de trabajo o una enfermedad médica aguda.
- La dificultad para dormir no se debe únicamente a los efectos que pueden derivarse del consumo de sustancias peligrosas o de situaciones médicas.
- La dificultad para dormir causa, en muchos casos, problemas en las relaciones sociales, ocupacional y otras áreas de la vida.
Diferenciación de otras afecciones
Es importante diferenciar el insomnio de otras afecciones que pueden presentar síntomas similares, como:
- Fatiga crónica: la fatiga crónica se caracteriza por una fatiga extrema que persiste durante al menos seis meses y no se explica por ninguna causa médica subyacente.
- Apnea del sueño: la apnea del sueño es un trastorno respiratorio que se caracteriza por pausas en la respiración durante el sueño.
- Narcolepsia: la narcolepsia es un trastorno neurológico que se caracteriza por somnolencia diurna excesiva y ataques de cataplexia, una pérdida repentina del tono muscular que puede causar caídas.
- Trastornos del movimiento periódico de las piernas: Los trastornos del movimiento periódico de las piernas se caracterizan por movimientos involuntarios de las piernas durante el sueño, lo que puede interrumpir el sueño.
Tratamiento
El objetivo principal del tratamiento del insomnio es mejorar la calidad del sueño y aliviar los síntomas, como la dificultad para conciliar el sueño, los despertares nocturnos y la fatiga diurna.
Terapia conductual cognitiva para el insomnio (TCC-I)
La Terapia Cognitivo-Conductual para el Insomnio (TCC-I) es uno de los tratamientos más eficaces contra el insomnio. Tiene como objetivo detener y modificar los pensamientos y conductas causantes de este trastorno.
- Registro del sueño: anotar los ritmos y hábitos de descanso para ver si alguno de ellos afecta en la calidad del sueño.
- Relajación: realiza actividades de relajación, como la respiración profunda, la meditación o el yoga.
- Control de estímulos: crear un ambiente de sueño propicio y evitar actividades estimulantes antes de acostarse.
- Terapia de reestructuración cognitiva: identificar y modificar pensamientos negativos o distorsionados sobre el sueño.
Cambios en el estilo de vida
Los cambios en el estilo de vida pueden ser muy efectivos para mejorar la calidad del sueño y reducir los síntomas del insomnio. Algunos cambios recomendados incluyen:
- Establecer un horario de sueño regular: acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ayuda a regular el ritmo circadiano natural del cuerpo.
- Crear un ambiente de sueño propicio: el dormitorio debe ser oscuro, silencioso, fresco y cómodo.
- Evitar la cafeína y el alcohol antes de acostarse: la cafeína y el alcohol pueden interferir con el sueño.
- Hacer ejercicio regularmente: la actividad física regular puede mejorar la calidad del sueño, pero se debe evitar hacer ejercicio demasiado cerca de la hora de acostarse.
- Evitar las siestas diurnas excesivas: las siestas largas o tardías en el día pueden dificultar el sueño nocturno.
- Relajarse antes de acostarse: evitar actividades estimulantes como ver televisión o trabajar en la computadora antes de acostarse.
Otras terapias
En algunos casos, otras terapias complementarias pueden ser útiles para el insomnio, como:
- Acupuntura: la acupuntura es una técnica de medicina tradicional china que implica insertar agujas finas en puntos específicos del cuerpo. Algunos estudios sugieren que la acupuntura puede ser efectiva para el insomnio.
- Terapia de luz: la terapia de luz expone a la persona a luz brillante durante el día para ayudar a regular el ritmo circadiano.