Hablar de moda no atañe únicamente a hacerlo de todo tipo de prendas de vestir. La moda, no obstante, es mucho más que eso. Un mundo más amplio y rico. Un mundo que contempla diferentes facetas y que permite una infinidad de posibilidades. Esta es una de las grandes virtudes que esconde la palabra “moda”.
Hablar de cómo decorar o amueblar una casa, por ejemplo, también es hablar de moda y de tendencias. En la actualidad existen muchas personas preocupadas por ello y que están deseosas de adquirir no solo conocimientos al respecto sino también los productos de primera calidad. Para ello, es necesario que tengamos claro quién puede proporcionarnos los muebles idóneos para la vivienda en la que residimos. De lo contrario, el resultado podría no satisfacer nuestros intereses.
Hace un par de años me casé con la que entonces era mi novia y pronto comenzamos a hablar acerca de cómo amueblar nuestra vivienda. Habíamos comprado una pequeña casa a las afueras de la ciudad en la que residimos y queríamos muebles útiles, modernos y elegantes. Al fin y al cabo, la imagen que le confiriéramos a nuestro hogar iba a ser determinante para establecer nuestra propia imagen ante familia y amigos. Y no queríamos decepcionar en ese aspecto.
Empezamos a informarnos acerca de alternativas para llevar a buen puerto nuestra misión. Obtuvimos datos, precios, ofertas y catálogos de diferentes empresas dedicadas a la venta de muebles, pero solo hubo una que nos llamara la atención de manera clara. Se trataba de Dismobel, una entidad cuya variedad de muebles nos parecía más que interesante para dotarle a la casa de esa imagen de modernidad y elegancia que siempre habíamos buscado.
Tras obtener los datos de contacto que aparecían en su página web, llamamos por teléfono a Dismobel. Les contamos qué era exactamente lo que queríamos conseguir y qué era lo que nos gustaba de su catálogo: el sofá cama Leyla y el conjunto Austin para nuestra terraza. Eran los mejores diseños del mercado. Estábamos seguros de ello y por tanto no queríamos dejar escapar la oportunidad que se nos presentaba para hacernos con ellos a un precio excelente.
Creo que es justo decir que tuvimos suerte al dar con Dismobel. Efectivamente, sus muebles eran de la mejor calidad y gracias a ellos pudimos convertir nuestra casa en ese lugar con el que siempre habíamos soñado. Además, el trato que nos dedicaron sus profesionales fue exquisito y totalmente personalizado. Una verdadera delicia.
Una apuesta más que segura
Todos nuestros familiares y amigos coincidieron al señalar que nuestra vivienda se acababa de convertir en un lugar cómodo y muy apetecible. Les gustaban los muebles que acabábamos de comprar y por ello nos pidieron que les hablásemos de Dismobel. Esta no era más que otra de las pruebas que confirmaban que, confiando en los mejores, se pueden obtener grandes bienes que faciliten nuestra vida o la conviertan en algo más cómodo.
Nuestra vida ha cambiado mucho durante los últimos tiempos. Mi mujer y yo hemos pasado, en el período de apenas dos años, de ser novios a estar casados y de vivir en un pequeño piso alquilado a hacer nuestra una casa con amplitud de espacios y muebles de categoría. Hemos demostrado con creces que hemos sabido superar con nota esta gran prueba que pone la vida y creo que nos podemos dar por satisfechos con ello.
El próximo paso, como todo el mundo ya se encarga de recordarnos, es tener un hijo. Aunque no nos lo hemos planteado todavía, estamos tranquilos en esta faceta porque sabemos que, en cuanto llegue el momento, nuestra casa estará preparada para darle toda la comodidad posible a ese muchacho o muchacha. Y lo hará, sin lugar a dudas, gracias a Dismobel: el proveedor de unos muebles que, además, harán sumar puntos a nuestro hogar en cuanto a estética, moda y elegancia se refiere.