Parafraseando la ya famosa frase “Pienso, luego existo” del filósofo y matemático francés René Descartes y llevándola a nuestro terreno podemos decir que “Respiro, luego existo”, pues la respiración es una actividad vital presente en cada instante de nuestra vida, desde el momento en que nacemos hasta que fallecemos. Pero como ocurre con todo en la vida, hay tomar consciencia de cómo respiramos y hacer esto no es fácil ya que es algo que hacemos mediante nuestro sistema simpático de una forma totalmente inconsciente. Por ello y para mejorar a todos los niveles, tanto físicos como psíquicos nuestro cuerpo y nuestra mente, es sumamente importante aprender a respirar de manera consciente para darnos cuenta de lo beneficiosa, poderosa y energética que es para nuestra salud.
El estilo de vida de nuestra sociedad nos impone un ritmo de vida frenético y altamente competitivo, lo que puede llegar a acarrearnos trastornos y problemas de estrés, ansiedad, depresión, insomnio, hipertensión, cefaleas, etc. Así, aprender a manejar y controlar nuestra actividad mental a través de la respiración puede ser una herramienta muy útil que nos ayudará a bajar la presión sanguínea, la aceleración del corazón, promover una mayor sensación de calma y contribuirá a relajarnos, tal y como nos indica la psicóloga Marisa Hernández Torrijo, una especialista en psicología forense y adicciones que nosotros os recomendamos ya que cuenta con una amplia experiencia en trastornos de la personalidad y trastornos de la ansiedad.
Entre algunas de las técnicas más eficaces y utilizadas de respiración, podemos señalar las siguientes:
- Respiración profunda. Es una de las respiraciones conscientes más básica. Consiste en la inhalación de aire por las fosas nasales, mantenerlo en los pulmones y finalmente expulsarlo con lentitud por la boca. Es aconsejable hacerlo de forma consciente y pausada, con una duración aproximada de cada paso de unos cuatro segundos.
- Respiración abdominal. Semejante al anterior, pero la respiración será abdominal, para ello se recomienda estar sentado o acostado y respirar de una forma larga, profunda y lentamente desde el abdomen, manteniendo la respiración y exhalando por la boca lentamente hasta vaciar el aire de los pulmones. Debe repetirse las veces necesarias.
- Respiración completa.
- Respiración alterna por las fosas nasales. Este método, avalado por estudios científicos, es muy efectivo para conseguir un desbloqueo mental cuando estamos sometidos a importantes situaciones de estrés por la sensación de calma inmediata que proporciona. Es una de las técnicas aplicadas en la práctica tradicional del yoga, conocida como Nadi Shodhana. Esta técnica consiste en tapar una de las fosas nasales, realizando una inhalación profunda por la otra fosa nasal libre, para a continuación tapar la fosa nasal por donde se ha inhalado y destapar la otra fosa nasal para proceder a la exhalación. A continuación, se repite el procedimiento empezando por la fosa nasal contraria a la vez anterior. Las creencias ancestrales del yoga conectan la fosa nasal derecha con el hemisferio izquierdo del cerebro, activador de los mecanismos de energía y alerta, mientras que la fosa nasal izquierda estaría conectada con el hemisferio derecho del cerebro, que activa los mecanismos de relajación y reparación, por lo que respirando por la fosa nasal derecha se crea un canal de energía y respirando por la izquierda un canal de relajación y calma.
- Respiración para el control de la ira. Lo más importante es centrarnos en exhalar con fuerza para vaciar los pulmonar y soltar con el aire todo aquello que nos esté comprimiendo y exaltando. A continuación, inhalamos con calma y volvemos a exhalar con fuerza todo el aire, repitiendo hasta que notemos que la presión ha disminuido y nos sentimos más tranquilos
- Respiración de fuego. Es otra de las técnicas de respiración, también denominada Kapalabhati proveniente del yoga. Se comienza con una inhalación por la nariz lenta y profunda, seguida de una exhalación rápida y forzada desde el abdomen. Se aumenta el ritmo de inhalación-exhalación realizándolo cada dos segundos, hasta llegar a un total de diez inhalaciones-exhalaciones. Es un ejercicio muy recomendable para personas con un elevado nivel de ansiedad.
Otras formas de controlar la ansiedad
Otra forma de evitar o controlar la ansiedad y el estrés es a través de la meditación, la cual actualmente está muy en boga, sobre todo a través del mindfulness, un recurso muy valorado por diversos especialistas relacionados con la salud y la educación, y una práctica ancestral que se une a la tradición budista y está basada en la autobservación, meditación y la atención plena a la vida cotidiana, es decir realizar incluso las tareas más básicas no de una forma automática, sino de una forma consciente y voluntaria.