Es mejor no hacer oídos sordos ante los problemas sociales ni tratar de disimular su existencia. Lo mejor que podemos hacer para enfrentarnos a ellos va a ser siempre reconocer que existen para poder plantear alguna solución al respecto. Esa es la vía para intentar paliar algunos de los males de la gente. Y, sobre esa base, vamos a hablar en los párrafos que siguen de un problema social de tanto calado como el de los accidentes de tráfico y la seguridad vial, dos asuntos que están entre nosotros y que son objeto de debate en la vida cotidiana de la gente.
Estamos hablando de uno de los asuntos que trunca miles de vidas a lo largo de un solo año en España. Puede y debe ser concebido como un drama, un drama al que se le debe poner solución, una solución depende de todos y cada uno de nosotros. Tener un accidente de tráfico a las velocidades a las que se circula o sufrir un atropello cuando caminamos por la calle es algo que genera una barbaridad de problemas y que, como todos y todas sabemos, puede terminar con la muerte de las personas que se encuentran implicadas en él.
En un estudio realizado por los profesionales del portal web Statista se enumeran los fallecidos en accidentes de tráfico de los últimos años, en concreto desde el 2006 hasta el 2021. En el primero de esos años, la cifra de fallecido superaba las 4.000 personas. Hace dos años, ni siquiera se llegó a los 1.600 muertos. Es cierto que se ha reducido de una manera considerable la cantidad de fallecidos en las carreteras, lo cual ha sido la consecuencia de haber sacado el carnet por puntos o de haber recrudecido las sanciones por infligir las leyes de seguridad vial. Sin embargo, no podemos estar contentos al saber que más de millar y medio de personas pierden la vida cada año cuando se desplazan en su vehículo.
En una noticia que ha sido publicada este verano por el diario La Vanguardia, se establece cuál es la causa de accidente de tráfico más repetida y la que más muertes genera en España según la Dirección General de Tráfico. Es la salida de la vía. Conocer este tipo de datos nos genera tristeza y mucha frustración, porque el número de víctimas podría ser considerablemente menor si aumentase la atención que prestamos a nuestras acciones cuando estamos al volante. Mejorar la conciencia sigue siendo uno de los objetivos que debe tener la sociedad española a este respecto.
Los muertos son la peor consecuencia, pero… ¿y los heridos?
Como consecuencia de todas esas distracciones o de malas conductas al volante, se producen un montón de entierros cada año en España y en otros países de todo el mundo. Estaremos todos de acuerdo en que eso es lo peor de un accidente de tráfico, pero… ¿Qué pasa con las personas que lo sufren y que continúan con vida? Todo depende de cómo haya sido su accidente en concreto. Si no ha resultado demasiado aparatoso, lo que más puede incomodar es todo el conjunto de reparaciones que tenga que ser realizado en nuestro vehículo y que nos ocasionará molestias en tanto en cuanto necesitaremos un vehículo de sustitución o nuestra movilidad se verá limitada. Pero si el accidente es aparatoso, las consecuencias directas van a incidir sobre nuestro cuerpo. Y ahí sí que tenemos un problema de verdad, un problema que nos puede acompañar durante el resto de nuestra vida.
Son muchas las personas de nuestro país que han sufrido un accidente de tráfico y que han necesitado ayuda médica para recuperar por completo su vida desde el punto de vista físico. Un golpe fuerte al volante puede hacer que suframos lesiones graves que no se impidan desplazarnos con normalidad y que sea necesario un tiempo de rehabilitación para que todo en nuestro cuerpo vuelva a la normalidad. Nos cuentan desde la clínica UME que este no es un período nada fácil desde el punto de vista psicológico para la persona que ha sufrido un accidente, pero al mismo tiempo es un proceso que los pacientes valoran de manera muy positiva y que consideran que les ayuda a recuperar la absoluta normalidad.
No debemos olvidarnos del plano psicológico
Este es uno de los asuntos que nos parece también muy importante a la hora de tratar con una persona que ha sufrido un accidente de tráfico. Imaginaros por un momento que conducís un vehículo acompañados de un ser querido y que cometéis un error que le termina costando la vida a esa persona, mientras que vosotros o vosotras solo sufrís algunas heridas. Nuestra vida continúa, es verdad. Pero, ¿con qué consecuencias para nuestra salud mental? Lo cierto es que este es un asunto muy serio y ante el que la comunidad médica debe responder.
Son muchas las personas que piensan que, en una situación como la que os hemos descrito en el párrafo anterior, hubiese sido mejor que las fallecidas hubiesen sido ellas mismas antes que las personas que las acompañaban. Fijaos hasta qué punto debe encontrarse tocada psicológicamente una persona para llegar a pensar eso. Estamos hablando de un accidente que marca por completo una vida y después del cual nada va a hacer lo mismo. Ofrecer una atención a esa persona es algo básico y también justo. Afortunadamente, creemos que en España ha aumentado la conciencia acerca de este tema y que ya se presta la ayuda psicológica necesaria cuando ocurre esto.
Los traumas mentales todavía pueden ser mucho mayores dependiendo de cómo se produzca el accidente y cómo se desarrollen los acontecimientos. Si la persona que fallece lo hace con nosotros o nosotras mirando o algunos días más tarde, en el hospital, podemos tener todavía más remordimientos. Esas imágenes son de las que se quedan en nuestro cerebro durante toda la vida y son prácticamente imposibles de borrar de nuestra memoria. Tener pesadillas con ellas es algo tan real como la vida misma y ante lo que se debe plantear una firme defensa psicológica.
La prevención es siempre la mejor amiga
Para evitar todas esas situaciones es indispensable que tengamos en consideración todas las reglas que van dirigidas a prevenir un accidente de tráfico y que nos enseñan mientras nos estamos sacando el carnet de conducir. Pueden parecer conocimientos sumamente teóricos y aburridos, pero son los que nos van a salvar la vida cuando nos encontremos ante el volante. Y, por tanto, merecen que les prestemos tanta atención como nos sea posible acumular. Podemos terminar arrepintiéndonos mucho si no lo hacemos.
Tenemos que ser conscientes de todas esas reglas cuando estamos circulando a una velocidad superior a la permitida por una vía o cuando decidimos consumir alcohol antes de subirnos a nuestro coche para conducirlo. Los remordimientos hay que tenerlos antes de ocasionar una desgracia que pueda dar por finalizada la vida de otra persona o la nuestra propia. Por tanto, lo mejor es hacer las cosas bien. Ojalá que todo el mundo comparta nuestra visión y que se pueda reducir al mínimo de los mínimos esa cantidad de fallecidos que hay en las carreteras españolas todos los años.
Y es que todos los accidentes son evitables. Esto es lo que dicen todos los profesionales especializados en seguridad vial, una opinión que mantienen incluso cuando se dan circunstancias meteorológicas adversas. Ni que decir tiene que está en nuestra mano poder darle carpetazo a un problema como el de la siniestralidad al volante. Sería un avance muy importante para una sociedad que se ha acostumbrado a problemas como de los que estamos hablando y que no tendría por qué tener que seguir soportando esto día a día. Ojalá que no tenga por qué seguir siendo así.
La educación, la prevención y la conciencia son elementos que siempre deben acompañarnos cuando nos encontramos al volante. Debemos tener en consideración que, cuando nos encontramos en carretera y también cuando llevamos un vehículo en territorio urbano, todos cuidamos de todos y de nuestras acciones depende la seguridad de las personas que se encuentran cerca de nosotros, ya no solo las que viajan a nuestro lado. La responsabilidad que tenemos es muy grande y no cabe la menor duda de que debemos cumplir con ella para que todo el mundo no tenga que recordar un día concreto de su vida por lo que podía haber evitado.
Ojalá que todos estos datos y cifras que hemos ido viendo a lo largo de estos párrafos se reduzcan al máximo. Es una necesidad absoluta y es la mejor manera que tenemos de cuidar todos de todos, un valor que es básico en esta sociedad y que nunca se debería haber perdido en ningún lugar. Debemos hacer el esfuerzo de conseguir un propósito como el de mantener a raya cualquier problema que podamos tener al volante. No hay nada que nos pudiera hacer más felices. Y seguro que a muchas otras personas también.