La moda de las cupcakes

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La fiebre de los cupcakes es una moda que ha tenido mucha aceptación en España, un país de tradición repostera de origen andalusí y desarrollo en monasterios y conventos que se ha exportado fuera de nuestras fronteras.

Aunque ha sufrido algunas influencias por parte de la cocina francesa (famosa en el mundo entero durante el siglo XVIII), no deja de sorprender la alta popularidad de este dulce anglosajón mucho menos salubre que nuestra pastelería de obrador.

Si de algo ha carecido quizá siempre la repostería española es de un estilo decorativo realmente apetecible y elegante, siendo más fiable por el gusto que por el aspecto visual. Pero ya se conoce el dicho ese de que “la comida entra por los ojos”, y los cupcakes han traído con su repostería precisamente eso: mucha elegancia, creatividad y kilos de chocolate fondant cuya alta carga de azúcar nos lleva a comprar este producto repostero a pesar de su alto precio.

¡Pero si es una magdalena!

Muchos españoles insisten en la misma idea: una cupcake es una magdalena muy cara.

Visto así no se entiende tanto su éxito, pero el arte de la decoración de estas “magdalenas” es lo que ha llevado a muchos usuarios de la repostería a encontrar en ellas el objeto de su imaginación, convirtiendo la elaboración de estos dulces en una apasionante afición. Y es que la web está repleta de ofertas sobre cursos sobre la manipulación del fondant y páginas de creadores que venden sus diseños u ofrecen la confección de cupcakes personalizados, convirtiéndose en el regalo estrella de muchos cumpleaños y eventos.

Dicen que generan adicción, y no es de extrañar, si tenemos en cuenta el alto porcentaje de azúcar con el que están elaborados estos dulces.

Repostería tradicional

No debemos sentirnos tan culpables por haber incorporado estos dulces a la oferta de nuestras pastelerías, ya que lo que para nosotros es una moda, para los ingleses es una larga tradición. Así que en realidad lo que estamos haciendo es enriquecernos de la repostería de otra cultura (aunque mucho menos sana, eso sí).

Dulces personalizables

Un punto importante que nos hace inclinarnos tan favorablemente a estas magdalenas decoradas es la posibilidad de personalizar los dulces. La customización parece ser el deporte de moda en estos momentos, una forma de exclusividad tan cara como suele ser en estos casos.

Una vez resuelta la elaboración inicial del bizcocho (al fin y al cabo ‘cupcake’ significa ‘tarta o pastel de taza’, haciendo referencia a su pequeño tamaño), la decoración es lo más parecido al trabajo de un escultor (y muchas de ellas lo son tanto que da pena comerse esas pequeñas obras de arte). El límite lo pone la imaginación y el motivo para el que se han creado (Navidad, un cumpleaños, una boda…).  

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