El cuidado de la boca y la higiene bucodental debe comenzar desde el primer momento de la vida, pues todos somos conscientes y sabemos que una buena higiene oral es esencial y necesaria para mantener una boca sana y evitar, en la medida de lo posible, en un futuro, una gran cantidad de problemas y enfermedades, no solo de la cavidad bucal sino también a la salud general del cuerpo humano.
Un porcentaje importante de la población, y sobre todo de padres primerizos, cree erróneamente que la higiene oral del lactante debe comenzar en el momento de la aparición de los primeros dientes, sin embargo los profesionales especializados en odontología infantil, estiman conveniente y recomiendan que la limpieza de la zona bucal de los bebés se debe iniciar ya tras las primeras tomas de alimento del bebé, lavando las encías del recién nacido con el dedo de la madre recubierto con una gasa humedecida en agua hervida fría, a la vez que se recorre la superficie de las encías, el paladar y la lengua, con el fin de eliminar posibles bacterias y evitar la formación de la placa bacteriana.
En este sentido, un excelente momento para realizar la rutina de higiene bucal puede ser después de darle el pecho o el biberón al bebé, con el fin de retirar los restos de leche o incluso aprovechar el momento del baño.
En el mercado existen múltiples productos diseñados especialmente para la higiene oral del lactante y su primera dentición, como, por ejemplo:
- Dedales de silicona. Indicados para limpiar la zona bucal antes de la aparición de los primeros dientes.
- Especialmente desarrollados para morder y calmar el dolor causado por la erupción de los primeros dientes. Dentro de estos existen diversos modelos: rellenos de agua, para refrescar, aliviar y calmar el dolor, con diversidad de superficies y materiales, para facilitar la mordida, con distintas formas y alegres colores para que le resulte fácil al bebé cogerlo y sostenerlo, y también para despertar su curiosidad.
- Cepillo de masaje. Masajea y limpia los primeros dientes.
- Primer cepillo del bebé. Con un mango especial que permite a los padres y al bebé sujetarlo juntos.
Algunos de los hábitos que se deben evitar para no perjudicar la salud bucal de los niños, pueden ser:
- Abuso del chupete. La asociación española de pediatría recomienda la retirada del chupete entre los doce y dieciocho meses, evitando sobrepasar los dos años de edad, puesto que un uso desmesurado del mismo podría ser causa de maloclusión, alteración en la posición lingual, malformaciones, etc.
- Impregnar el chupete en azúcar, miel o líquidos azucarados, ya que podría llegar a producir caries dental. Y es que, aunque muchas veces llevemos a cabo este tipo de prácticas con el fin de aliviar el dolor dental a los niños, lo cierto es que a la larga podemos estar creándole una serie de problemas que son totalmente evitables.
- Chupar el dedo. La succión del dedo es una función instintiva y refleja del niño y se considera normal, ahora bien, si esta persiste más allá de los dos años puede dar lugar a malas mordidas, a una incorrecta relación entre el maxilar superior y el inferior, etc. Se debe tener en cuenta que generalmente el hábito de chupar el dedo es un hábito más difícil de abandonar que el del chupete.
- Evitar que el bebé se quede dormido mientras toma el biberón, por ser un factor desencadenante de caries.
- El consumo de golosinas y dulces a diario. Además de favorecer la aparición de la caries conlleva un riesgo de sobrepeso y obesidad.
- El consumo excesivo de bebidas azucaradas, zumos industriales, refrescos, etc. Todos ellos son muy perjudiciales por su alto contenido en azucares.
- Utilización de una pasta dentífrica para adultos. La asociación española de pediatría recomienda la utilización de una pasta dentífrica infantil, específica para niños, hasta los seis años por contener estas una menor cantidad de flúor en su composición.
La caries en los dientes de leche
Muchas personas creen erróneamente que no es importante o necesario tratar la caries en los dientes de leche, porque estos en un periodo corto de tiempo, se van a caer. Y sí, efectivamente se caerán, pero no debemos olvidar que tienen su función y por ello una caries en los dientes de leche debe tratarse, porque puede crear una bolsa de pus en la encía que afectará al diente permanente, porque guardan el espacio para cuando salga el definitivo, porque ayudan a masticar y deglutir bien, a hablar correctamente…