Cuando ya las ancianas de los pueblos se quejaban de la falta de interés de los jóvenes, cuando los jóvenes parecían más interesados en las nuevas tecnologías que en asuntos que durante años han sido cotidianos, surge el DIY (‘Do it yourself‘) o el ‘hágalo usted mismo’. Una nueva actividad que mantiene ocupados a multitud de jóvenes atraídos por el ahorro económico y por la diferencia que marca realizarse uno propio sus propios productos (aunque siempre pueda comprarlos en una tienda de productos hechos a mano, como Primera Edad, y luego decir que los ha hecho uno mismo).
Manualidades para decoración, regalos, realización de muñecos, arreglos aplicables a las últimas tendencias de moda para ropa e incluso bordados para bebé. El DIY ha derivado en que parte de la juventud, especialmente chicas, se interese por fin por aquello que han visto a sus abuelas hacer durante años. Coser con máquina, bordar, hacer ganchillo y otro tipo de actividades que se han granjeado el respeto de quienes aún no tienen la maña suficiente para realizarse su propio gorro de lana o un adorno para el bolso.
Sin embargo, la práctica hacer calceta o punto también se han actualizado, al menos en cuanto a nombre se refiere. Como la mayoría de conceptos actuales, esta actividad es más conocida por los jóvenes como ‘kintting’. Otro ejemplo de cómo hacer ganchillo, punto o cualquier actividad dentro del DIY que se adapta a los nuevos tiempos es la sustitución de las tradicionales revistas de patrones por plantillas que se encuentran en diferentes blogs de Internet, que además inspiran sobre nuevos diseños o técnicas. Y además, las herramientas o las lanas se venden por Internet, o lo que es lo mismo, dándose la estas actividades tan tradicionales con las demandas de las nuevas generaciones a través de la compra por Internet.
Encontrar a jóvenes reunidos alrededor de una mesa haciendo punto en lugar de pasarse las tardes delante de un ordenador ha llevado a algunos a aplicar el simpático concepto de viejoven. Sin embargo, más que un intento de imitar a sus antecesores, el origen del DIY puede encontrarse en el ahorro económico con respecto a algunos productos (por ejemplo, jerséis de lana que en tiendas pueden alcanzar precios desobirtados con respecto a una madeja de lana). Algunas teorías asocian el nacimiento de esta práctica como una forma de protesta ante el consumismo («se rompe, compro otro» frente al «se rompe, lo arreglo»).
No obstante otra forma de encontrar sentido a estas prácticas de viejóvenes es un ahorro también a la hora de hacer regalos. Y es que muchos de estos jóvenes regalan entre sus amigos o venden sus creaciones.
La franja de edad de estas actividades entre jóvenes abarcan desde la adolescencia tardía hasta los treintañeros. Da la casualidad de que precisamente sobre esa edad (los 30) surgen los primeros compromisos y nacen los primeros bebés entre amigos. Por ello una buena opción de aplicar la maña y sabiduría DIY es realizar bordados para bebé. En este sentido, resultan detalles de lo más originales y bonitos bolsos bordados para bebés o baberos personalizados.
En efecto, resulta tan fácil como comprar un elemento y realizar la obra en ella. También pueden servir como inspiración la inscripción del nombre de un recién nacido en toallas bordadas para bebé u otros.
De esta manera, los jóvenes se hacen con una tradición que además de útil es bonita, original para regalar y divertida de realizar. Una nueva tendencia que sin duda ha llegado para quedarse.