Dicen que la arruga es bella, pero cuando nos aparecen unas antiestéticas patas de gallo a los 40 años, y sabemos que vamos a vivir hasta los 80 o 90, y más de la mitad de nuestra vida lo haremos con una imagen que no nos gusta, nos preocupa. Ahora es posible corregir determinados signos de la edad sin recurrir a la cirugía plástica, ni a la cosmética de efectos lentos e imperceptibles. Te explicamos cómo.
Con el paso de los años, nuestro cuerpo deja de producir colágeno y elasticina. Esto hace que la piel se vuelva más flácida, menos elástica y que determinadas áreas de nuestro rostro pierdan volumen.
De los 30 a los 40 años, es normal que aparezcan los primeros signos de envejecimiento. Arrugas de expresión en los ojos, la frente, el entrecejo. Son tenues líneas que se manifiestan ante determinados gestos de la cara. Todo indica que se irán acentuando y profundizando a lo largo del tiempo. En esta etapa de la vida es habitual que aparezcan capilares dilatados. Venas que resaltan por debajo de la piel por su tono rojizo o violáceo. El abuso del sol pasa factura, surgen las primeras manchas en la piel, la queratosis.
A partir de los 40, la piel comienza a perder firmeza. El contorno de los ojos es una de las primeras áreas en resentirse. Los párpados se engrosan, aparecen bolsas en las ojeras y el óvalo facial pierde definición. El pómulo desciende, y en ocasiones, puede quedar hundido. Respecto a nuestra piel, pierde luminosidad. Las manchas e imperfecciones son más visibles.
La década que va de los 50 a los 60 años es determinante en el deterioro estético. En las mujeres influye la menopausia, donde se produce una reducción drástica en la producción de estrógenos. Es frecuente que a esa edad los surcos maxilares y los que aparecen alrededor de la nariz, se hagan más profundos. Los pómulos, las cejas, los párpados y el mentón descienden; y es probable que aparezcan arañas vasculares en la cara.
El doctor Juan Miguel Pérez, cirujano plástico, señala en sus conferencias que estos signos se pueden corregir mediante el empleo de productos naturales. Sustancias como el colágeno o el ácido hialurónico, que genera nuestro cuerpo de forma natural y que por el transcurso de la edad ha dejado de hacerlo. En este sentido, dice haber encontrado en marcas españolas como Medyglobal, un laboratorio especializado en medicina estética con sede en Madrid, productos inyectables por medio de infiltraciones, fácilmente reabsorbibles por el cuerpo.
Lo que más nos preocupa con la edad.
El periódico valenciano El Levante se hace eco de un estudio realizado por la marca de cosméticos “Olay” sobre las cuestiones estéticas que más preocupan a las mujeres, relacionadas con el envejecimiento. Para ello, la multinacional ha encuestado a 3.600 mujeres, con edades comprendidas entre los 35 y los 60 años residentes en España, China, Reino Unido, Canadá, Estados Unidos, Australia, Tailandia, Alemania, India, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
En España, el 47,2% de las encuestadas afirman que la característica física que más puede desvelar su edad son las arrugas en el contorno de los ojos. Después de eso, lo que más preocupa a las españolas es el tono de la piel (un 9,2%) y la flacidez en el rostro (4,2%).
Casi un 70% de las españolas encuestadas consideran que el envejecimiento de la piel se debe a una combinación entre la genética y el estilo de vida. Un 39,3% opina que la exposición al sol es el principal agente medioambiental que afecta al deterioro de la piel, un 34,3% piensa que el principal factor negativo es el estrés y un 14,3% asocia la agudización de los signos de la edad con la falta de sueño.
A nivel global, mientras que a las mujeres asiáticas (chinas, coreanas, tailandesas) les preocupa parecer más jóvenes de los que son, las mujeres inglesas son las más escépticas en este aspecto. Mayoritariamente, consideran no encontrar ningún beneficio en ocultar su edad.
Aunque todo esto parezca una explosión de superficialidad, para nada lo es. El 55% de las mujeres que han participado en este estudio, en todos los países donde se ha realizado, señalan que lo que realmente más les preocupa del paso de los años es la salud y la pérdida de capacidades físicas. La pérdida de movilidad a determinada edad, la artritis y enfermedades similares son habituales en todo el mundo. Un 5,9% de las mujeres, a nivel global, se sienten preocupadas por la pérdida de autonomía financiera al llegar a la tercera edad y un 16,3% opina que hay menos oportunidades laborales a medida que se cumplen años. Preocupaciones que indican la realidad social de las mujeres a nivel mundial.
Productos naturales para combatir el envejecimiento.
Como hemos dicho antes, el cuerpo humano genera una serie de sustancias para restaurar las células dañadas. La producción de estos elementos disminuye con el tiempo. Es algo habitual en todos los seres vivos. Hoy, la medicina estética y la industria cosmética recurren a introducir en nuestro cuerpo, de forma artificial, el déficit de estas sustancias que hemos dejado de producir. Estos son algunos de esos productos naturales:
- Colágeno.
El colágeno es una proteína fabricada por unas células llamadas fibroblastos y cuya función principal es mantener unidas las diferentes estructuras del cuerpo. Está presente en todos los seres vertebrados y según la revista de difusión médica «Cuídate +», un 7% de la masa corporal del ser humano está formada por esta proteína.
Respecto a la piel, se encarga de mantenerla tersa, firma y elástica. Y de unirla a las estructuras sobre las que se coloca. En este aspecto cumple un papel importante la hidratación. El colágeno aporta esponjosidad a las membranas de las células, las cuales se hinchan cuando reciben la cantidad de agua necesaria.
A los 40 años, una mujer, o un hombre, producen menos colágeno que en la adolescencia. Esto influye en la aparición de las arrugas y en que determinados rasgos faciales empiecen a descolgarse.
El colágeno no está solo en la piel. Es un elemento fundamental en articulaciones, tendones, ligamentos, cartílagos, e incluso, configura el humor vítreo del ojo.
- Ácido Hialurónico.
El ácido hialurónico es un glucosaminoglucano sintetizado por el sistema vacuolar de los fibroblastos y otras células como las querotinocitos. Está presente en todos los fluidos de nuestro cuerpo, siendo la piel su principal medio de reserva.
Se encuentra en articulaciones y cartílagos. Evitando que se produzcan fricciones y actuando como reconstituyente. En la piel actúa como un agente hidratante que aporta luminosidad y elasticidad.
Al igual que sucede con el colágeno, el cuerpo humano, a medida que va cumpliendo años, deja de producirlo. Su disminución influye en la aparición y profundización de las arrugas y en que nuestra piel luzca más apagada.
Este ácido se hizo popular en el momento en el que la industria cosmética lo incorporó como ingrediente de tratamientos antiedad y la medicina estética lo suministró mediante infiltraciones.
- Hidroxiapatita de calcio.
Este producto no lo genera el cuerpo humano. Se trata de un mineral presente en la naturaleza, biocompatible con nuestro organismo. He querido incluirlo en esta lista porque es utilizado con frecuencia por la medicina estética para recuperar volúmenes desgastados por la edad, como la mejilla o el mentón.
Se extrae de minas que hay en Brasil, Bolivia y Suecia, entre otros sitios. Tiene una textura similar al tejido adiposo del cuerpo y se introduce por medio de infiltraciones. No es necesario realizar ninguna operación, como sucede con otros implantes.
Los estudios médicos han demostrado que se trata de un tratamiento seguro, efectivo y duradero.
Cómo se realizan las infiltraciones.
Las infiltraciones de ácido hialurónico y de hidroxiapatita de calcio son muy frecuentes en la medicina estética. Con ellos se logra mitigar los efectos de los signos de la edad, tales como la reducción de arrugas y la redefinición de volúmenes perdidos. Este es, a grandes rasgos, el procedimiento que se sigue:
- Paso 1: Consulta inicial: El médico especializado en medicina estética evaluará las necesidades y expectativas del paciente, y le explica los beneficios y riesgos del procedimiento.
- Paso 2: Preparación: Se limpia la zona a tratar. En algunos casos, se aplica anestesia tópica o local para reducir el malestar durante la infiltración.
- Paso 3: Infiltración: Para el ácido hialurónico se utiliza una aguja fina para inyectarlo en la capa dérmica o sub dérmica de la piel. El médico puede realizar una serie de inyecciones para lograr el efecto deseado. En el caso de la hidroxiapatita de calcio, la aguja debe atravesar la piel y llegar hasta la zona que se desea reconstituir.
- Paso 4: Masaje y evaluación: Después de la infiltración, es posible que el médico realice un suave masaje para distribuir uniformemente el producto. También evaluará los resultados inmediatos y hará los ajustes necesarios.
Infiltrando productos naturales, que genera nuestro cuerpo o que son compatibles con él, se puede reducir las secuelas que el paso del tiempo deja sobre nuestro rostro.