Hablemos de piercings, ¿Cuál es tu favorito?

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Siempre me han llamado la atención los piercings. No sé si es porque los asocio con un toque de rebeldía, porque pueden ser un complemento estético muy bonito o simplemente porque me gusta la idea de personalizar mi cuerpo con algo tan pequeño, pero con tanta personalidad.

Sin embargo, son como un tema un poco tabú, ¿verdad que sí? Es como si, a pesar de estar normalizados, tampoco fueran muy bien vistos. Siento que ocurre con ellos como con los tatuajes: son muchísimas las personas que los llevan, pero no se consideran una buena decisión, ya que argumentan que está mal visto para el trabajo e incluso para buscar pareja.

Además, con el piercing también ocurre que guardan mucha polémica con el tema salud e higiene, ya que hay un montón de mitos que hablan sobre lo malos que son en estos términos, pero ¿Cuánto de esto es verdad? Si estás pensando en hacerte uno o simplemente te da curiosidad este mundo, acompáñame en este recorrido por todo lo que necesitas saber sobre los piercings ¡Saciaremos nuestra curiosidad juntos!

¿Qué son los piercings?

Los piercings son perforaciones en la piel o el cartílago donde se inserta una joya. Aunque a veces se asocian con la modernidad y las tendencias urbanas, en realidad son una práctica ancestral ¿Lo sabías?

Desde tiempos remotos, son muchas las culturas que han utilizado los piercings como símbolos de estatus, belleza e incluso como amuletos protectores. Actualmente, más allá de la tradición, los llevamos porque nos gustan, nos representan y nos hacen sentir bien con nuestra imagen, y hay muchísimos tipos.

Además, si te gustan las joyas seguramente te gustarán los abalorios tan bonitos que componen algunos piercings. Puede que, incluso sin tener uno, te gustaría tenerlo sólo por llevar alguna de estas joyas ¡Créeme!

¿Cuántos tipos hay?

Sinceramente, me fue difícil saber con exactitud cuántos tipos de piercing existían ¡Había tantos! La variedad de piercings es enorme y cada día aparecen nuevas tendencias. Para guiarme un poco, decidí contactar con Piercing & Tattoo, los cuáles me explicaron que algunos de los más relevantes eran estos que yo te muestro a continuación:

  • Lóbulo: Clásico y el más común. Se puede llevar un solo pendiente o varios.
  • Hélix: En el cartílago superior de la oreja. Suelen ser pequeños y sutiles.
  • Tragus: Pequeña perforación en el cartílago cerca del canal auditivo.
  • Daith: Ubicado en el cartílago interno de la oreja. Se dice que ayuda con las migrañas (aunque no hay estudios concluyentes).
  • Nostril: En la aleta de la nariz. Hay quienes optan por un aro o un stud.
  • Septum: Perforación en la parte central de la nariz. Es de los más llamativos.
  • Labret: Justo debajo del labio inferior. Aporta un toque desenfadado.
  • Medusa: En el filtrum, esa pequeña hendidura entre el labio superior y la nariz.
  • Ombligo: Popular desde los años 90. Es atractivo y puede ocultarse fácilmente.
  • Lengua: Llamativo, pero con algunos riesgos como daños en los dientes.
  • Surface: En la piel, como en la clavícula o la nuca. Se consideran delicados.
  • Microdermal: Un solo punto de anclaje, muy estético y discreto.

Y eso sin contar las variantes en las orejas, labios, cejas y hasta en lugares más íntimos. Hay un piercing para cada personalidad y estilo.

¿Duele realmente hacerse un piercing?

Aquí surge la gran pregunta. Y la respuesta es: depende. No voy a mentirte, perforar la piel no es la sensación más agradable del mundo, pero tampoco es un dolor insoportable. La intensidad del dolor depende de varios factores: el lugar del piercing, tu tolerancia personal y la habilidad de la persona que lo realice.

Los piercings en el lóbulo, por ejemplo, apenas duelen, mientras que los que atraviesan cartílago o zonas más sensibles pueden generar una molestia mayor. Aun así, es un dolor momentáneo y totalmente soportable.

¡Además, el resultado final promete!

¿Afectan a la hora de encontrar trabajo?

Lo cierto es que depende del tipo de trabajo y de la empresa. En algunos sectores más creativos o relajados, los piercings no son un problema en absoluto. Sin embargo, en otros trabajos más formales, como en atención al cliente, banca o sanidad, pueden pedir que los lleves discretos o que los retires durante la jornada laboral.

Algunas empresas tienen normas de vestimenta y apariencia que incluyen restricciones sobre piercings visibles. En estos casos, opciones como los piercings en la oreja o en zonas fáciles de ocultar pueden ser más convenientes si no quieres renunciar a ellos. También existen retenedores transparentes que pueden ayudarte a mantener la perforación sin llamar la atención.

Así que por si acaso recuerda: antes de hacerte un piercing visible, es bueno informarte sobre las políticas de tu sector si estás buscando trabajo o ya trabajas en una empresa con normas estrictas.

¿A partir de qué edad se pueden hacer?

Legalmente, los menores de edad necesitan el consentimiento de sus padres o tutores para hacerse un piercing. La edad mínima suele estar entre los 14 y 16 años según el establecimiento, pero a partir de los 18, puedes hacértelo sin necesidad de autorización. Aun así, es importante pensarlo bien. Aunque los piercings pueden retirarse, algunas perforaciones pueden dejar pequeñas marcas o cicatrices.

¿Es muy caro?

No tiene por qué. El precio de un piercing puede ser muy distinto según el tipo de piercing que vayas a ponerte, y si hablamos de las perforaciones, éste también puede cambiar dependiendo de varios factores, como la ubicación, el estudio de piercings, la experiencia del profesional, el tipo de joya que se elija y la zona del cuerpo donde se realice. En general, un piercing básico, como el de la oreja, suele tener un precio entre 20 y 50 €. Sin embargo, si se trata de un piercing en zonas más complejas, como el ombligo, la nariz o la lengua, el precio puede oscilar entre 30 y 70 €.

Además, como hemos mencionado, la elección de la joya es un factor importante que influye en el precio. Si se opta por un material más especializado, como el titanio, el precio puede aumentar, ya que este tipo de material es más caro y, a menudo, más seguro para la piel. Por otro lado, los piercings de mayor complejidad, como el septum, el helix o el tragus, pueden costar entre 40 y 80 €, dependiendo del lugar y el profesional.

Y eso no es todo: los cuidados posteriores también suponen un dinero extra, como las soluciones desinfectantes o los controles, por lo que es recomendable consultar si esos servicios están incluidos o si suponen un gasto adicional.

Aun así, no te preocupes, al igual que los modelos, hay precios para todos los bolsillos, así que si de verdad te hace ilusión tienes muchas opciones a tu alcance.

Conozcamos los cuidados del piercing.

Un piercing es, en esencia, una herida abierta, y por ello necesita cuidados para cicatrizar bien, así que:

  • Mantén la higiene, ante todo: Lávate bien las manos antes de tocar tu piercing.
  • Haz limpieza diaria: Usa suero fisiológico o un limpiador recomendado por el profesional.
  • Evita tocarlo: Gira la joya solo si el profesional lo aconseja.
  • Nada de piscinas o mar durante el proceso de cicatrización: Evita exponerlo a agua contaminada.
  • Ten cuidado con los golpes: Especialmente en piercings en la oreja o el ombligo, que pueden engancharse con la ropa o el pelo.
  • Evita cambiar la joya antes de tiempo: La piel necesita cicatrizar por completo antes de hacer cambios.

Dependiendo del tipo de piercing, la cicatrización puede tardar desde unas semanas hasta varios meses: la paciencia es clave.

Lo mejor, y lo peor.

En mi opinión, lo mejor que saco de los piercings es que:

  • Son una expresión personal. Puedes elegir diseños, combinaciones y posiciones.
  • Algunos son sutiles y elegantes, otros atrevidos y llamativos. Hay para todos los gustos.
  • Son menos permanentes que los tatuajes, ya que puedes quitarlos cuando quieras.
  • El proceso de perforación es rápido y, si sigues los cuidados adecuados, la cicatrización es sencilla.

¿Qué es lo que no me gusta?

  • Requieren cuidados estrictos para evitar infecciones o complicaciones.
  • No todos los cuerpos los toleran bien. Algunas personas experimentan rechazo del piercing, especialmente en los surface o micro dermales.
  • En algunos casos pueden dejar cicatrices pequeñas si decides quitártelos.
  • Dependiendo del tipo de piercing, pueden limitar algunas actividades o requerir adaptaciones en la vida diaria (como los de lengua, que pueden afectar temporalmente el habla o la comida).

Mi favorito, ¿y el tuyo?

Si me preguntas cuál es mi favorito, la verdad es que no puedo elegir solo uno. Me encantan los piercings en la oreja, porque permiten combinar diferentes estilos de joyas y crear composiciones preciosas. También me llaman mucho la atención los piercings en la nariz, sobre todo el nostril y el septum, porque aportan un aire bohemio y atrevido.

¿Y tú? ¿Cuál es tu favorito?

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