Evita que el sol abrase el interior de tu hogar.

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El sol, con su calor y luz, es una fuente de energía vital para todos nosotros, pero, cuando los rayos solares penetran en nuestro hogar sin control, pueden convertir nuestro espacio en un horno, afectando tanto a nuestra comodidad como nuestra salud. Entender cómo el calor y los rayos del sol se infiltran en nuestras casas es el primer paso para tomar medidas efectivas para mantener un ambiente fresco y agradable.

  1. Ventanas:

Las ventanas son la principal vía por la que el calor del sol entra en nuestros hogares. Los rayos solares atraviesan el vidrio y calientan el aire y las superficies interiores. Las ventanas orientadas al sur y al oeste son las más afectadas, recibiendo la mayor cantidad de luz solar directa durante el día. La falta de protección adecuada en las ventanas puede resultar en un aumento significativo de la temperatura interna, obligándonos a usar más el aire acondicionado y, por lo tanto, incrementando nuestro consumo de energía.

  1. Puertas:

Las puertas, especialmente las de cristal o las que no están bien aisladas, también permiten la entrada de calor. Las puertas mal selladas o con marcos defectuosos permiten que el aire caliente se infiltre, lo que contribuye a un aumento de la temperatura interna. Además, si la puerta está hecha de materiales que absorben calor, como el metal, puede actuar como una fuente secundaria de calor.

  1. Techos y paredes:

El calor también se filtra a través de los techos y las paredes, especialmente si están mal aislados. En los días de verano, los tejados reciben una gran cantidad de radiación solar, que luego se transfiere al interior de la casa. Las paredes orientadas al sur y al oeste también absorben más calor, que se transfiere al interior si no están adecuadamente aisladas.

  1. Suelos:

Aunque menos común, el calor puede entrar a través de los suelos, especialmente en casas con sótanos o estructuras sobre el suelo sin aislamiento adecuado. Los suelos de materiales como el cemento pueden almacenar calor y liberarlo gradualmente, afectando la temperatura interna durante todo el día.

  1. Puentes térmicos:

Los puentes térmicos son áreas donde el aislamiento es interrumpido o menos efectivo, permitiendo que el calor se transfiera más fácilmente. Estos pueden encontrarse en juntas de construcción, conexiones entre paredes y techos, y alrededor de ventanas y puertas. Los puentes térmicos son puntos críticos que contribuyen al calentamiento interno.

Estrategias para evitar la entrada de calor.

Ahora que sabemos cómo el calor y los rayos del sol se infiltran en nuestros hogares, podemos contemplar varias estrategias para minimizar su efecto:

  1. Protección de ventanas:
    • Cortinas y persianas: instalar cortinas gruesas, estores, persianas venecianas o persianas enrollables puede bloquear una parte significativa de la luz solar directa. Desde Decoraziona Home afirman que los estores de colores claros son especialmente efectivos para crear una barrera contra el calor y para proteger tu mobiliario contra el descoloramiento que conlleva la entrada de luz.
    • Películas para ventanas: aplicar películas reflectantes o de control solar en las ventanas puede reducir considerablemente la cantidad de radiación solar que penetra en la casa. Estas películas están diseñadas para reflejar el calor y la luz UV, manteniendo el interior más fresco.
    • Toldos y marquesinas: instalar toldos o marquesinas sobre las ventanas expuestas al sol directo puede proporcionar sombra y reducir la cantidad de calor que entra. Estas estructuras pueden ser retráctiles, permitiendo ajustarlas según tus necesidades.
    • Ventanas de doble acristalamiento: las ventanas de doble o triple acristalamiento con gas argón entre los paneles son excelentes aislantes térmicos. Aunque la inversión inicial es mayor, los beneficios en términos de ahorro energético y confort son significativos.
  1. Mejora de puertas:
    • Sellado adecuado: asegúrate de que las puertas estén bien selladas con burletes y sellos de goma. Esto previene la infiltración de aire caliente y mejora la eficiencia energética de tu hogar.
    • Puertas aislantes: cambiar las puertas exteriores por puertas con aislamiento térmico puede reducir la transferencia de calor. Las puertas de madera maciza o con núcleo de espuma son opciones muy recomendables.
    • Puertas de vidrio con protección solar: si tienes puertas de vidrio, plantéate aplicar las mismas soluciones que para las ventanas, como películas reflectantes o cortinas térmicas.
  1. Aislamiento de techos y paredes:
    • Aislamiento de techos: instalar aislamiento en el ático o en el espacio entre el techo y el interior de la casa puede reducir la transferencia de calor. Materiales como la lana mineral, la espuma de poliuretano o el poliestireno expandido son opciones efectivas.
    • Aislamiento de paredes: las paredes deben estar adecuadamente aisladas con materiales como la lana de vidrio, la celulosa o paneles de aislamiento rígido. Si estás renovando tu casa, no olvides añadir aislamiento adicional en las paredes exteriores.
    • Revestimientos reflectantes: aplicar revestimientos reflectantes en los techos y las paredes exteriores puede ayudar a reflejar el calor del sol, manteniendo el interior más fresco. Estos revestimientos son especialmente útiles en climas cálidos.
  1. Protección de suelos:
    • Aislamiento de suelos: instalar aislamiento debajo de los suelos, especialmente en sótanos y espacios sin calefacción, puede reducir la transferencia de calor. Materiales como el poliestireno extruido o la lana mineral son adecuados para esto.
    • Alfombras y moquetas: colocar alfombras gruesas o moquetas sobre los suelos puede proporcionar una capa adicional de aislamiento térmico, ayudando a mantener la temperatura interna más estable.
  1. Eliminación de puentes térmicos:
    • Sellado de juntas y conexiones: utiliza selladores de alta calidad para cubrir las juntas y conexiones entre paredes, techos y suelos. Esto evita la transferencia de calor y mejora la eficiencia energética.
    • Aislamiento de puntos críticos: añade aislamiento extra en zonas donde los puentes térmicos son más habituales, como alrededor de ventanas, puertas y esquinas. Recuerda utilizar materiales aislantes flexibles que se adapten a las formas irregulares.
    • Revisión y mantenimiento: realiza inspecciones periódicas para detectar y reparar cualquier falla en el aislamiento o en los sellados. Mantener tu hogar en buen estado es fundamental para evitar la entrada de calor.

Adoptar estas estrategias mejorará tu comodidad durante los días más calurosos y también te ayudará a reducir el consumo de energía, al igual que tus facturas de electricidad. Además, al mantener tu hogar más fresco de forma natural, contribuyes a un entorno más sostenible y amigable con el medio ambiente.

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