Parece que se ha puesto de moda renunciar a las herencias. Si antes todos hacíamos la típica broma o chiste acerca de querer heredar de alguien cercano de quien sabíamos que tenía algo de dinero, ahora es casi todo lo contrario, que nadie nos deje ese muerto (y nunca mejor traído el comentario). Y es que o conocemos un buen bufete de abogados como este buen abogado en Madrid que os recomiendo, para que nos eche una mano con los trámites previos al fallecimiento para que luego sea más fácil hacer cargo de las cargas fiscales, o puede ser una pesadilla. A nosotros, en mi familia, nos fue bien porque tuvimos la suerte de hablar con el bufete Durán & Durán Abogados.
Existen muchas opciones y variantes por las que renunciar a una herencia. En mi caso, o en el de mi familia, nosotros nos encontramos con que habíamos sido los beneficiarios de un testamento en el que había una gran cantidad de inmuebles de los que no podíamos hacernos cargos, ya que eran muy costosos de mantener, por el tema de pagar la comunidad, el impuesto de bienes inmuebles, los seguros, el estar al día en los recibos, etc. Además, estos pisos eran muy buenos, pero tenían dos defectos, y es que habían sido comprados hace muchos años y les faltaban dos cosas clave que la gente suele buscar ahora al comprar una vivienda: el garaje y el ascensor. Decidimos renunciar por tanto a esta herencia, ya que nuestras tías tampoco nos habían dejado una gran cantidad de dinero en efectivo con la que hacer frente a los futuros gastos y posiblemente acabaría suponiendo aquello una pesadilla más que una bendición.
En el caso de una de mis amigas, ella renunció a la herencia de su fallecido padre, según me contó hace unos días en la comida de Navidad, porque sabía que el hombre tenía muchas deudas. Era un poco desastroso con la gestión administrativa de sus empresas y de su día a día en general y había desde multas de tráfico hasta deudas con los bancos. De hecho, fue su padre quien les recomendó a las hermanas renunciar a todo lo que les correspondiese para no tener que meterse en más líos, ya que dos de las hermanas están en paro y mi amiga tiene un sueldo muy bajo. Lo que sí hizo en vida, en sus últimos días, fue regalarles cosas de valor, como sus palos de golf o joyas y relojes que ellas guardarán por si en algún momento necesitan venderlos y sacarse un dinero.
En definitiva, como os decimos, muchas son las razones por las que uno puede no querer recibir una herencia o está dispuesto a rechazarla, como se lleva ahora. Eso sí, incluso para esto es conveniente dejarnos llevar de la mano por un abogado que sepa cómo y cuándo renunciar a este tipo de situaciones.
En mi caso los abogados del despacho Durán & Durán de Madrid nos ayudaron muchísimo y nos fueron guiando y ocupándose de todos los pasos que teníamos que dar para no meter la pata, algo de lo que les estamos muy agradecidos.