Bichos

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¿Sabéis qué no está de moda? LOS BICHOS!!!! Dios, ¡cómo los odio! Dadme, ratas, ratones, serpientes, lagartos, me da igual, puedo con todo, pero apartad de mi los bichos asquerosos y repugnantes. Estoy que me subo por las paredes porque hemos descubierto que en las paredes de mi oficina hay bichos, cientos, miles de ellos. Hemos llamado a esta empresa de control de plagas en Almería para que fumigue porque nos han dicho que son los mejores pero es que hasta que no vea que desaparecen todos no me voy a poder quedar tranquila.

¿Sabéis lo que es estar delante del ordenador y ver como se pasea una cucaracha por encima de la mesa? Sí, sí, habéis oído bien: una cucaracha en esta época del año así que imaginaos cómo están las paredes.

Todo salió a la luz hace unos días cuando mi jefe se empeñó en poner nuevos enchufes (la verdad es que hacían falta) y vino el electricista. Obviamente tuvo que picar la pared en los lugares donde queríamos instalar un enchufe nuevo y al ir picando aquí y allí empezaron a salir bichos por todas partes: cucarachas, hormigas, tijeretas de esas asquerosas, de todo. Mientras el pobre hombre intentaba poner un enchufe tenía que ir peleando con cucas que intentaban salir por el agujero. HORRIBLE, ASQUEROSO, EANTIHIGIÉNICO E INHUMANO.

El caso es que, desde ese día, no sé cómo narices lo hacen pero salen por todas partes. Cuando estamos nosotros no demasiado pero por la noche se ve que se montan “la fiesta del bicho” con música y todo y a los más rezagados los pillamos siempre a las 9 de la mañana cuando entramos a trabajar. Abres la puerta, enciendes la luz y de pronto ves correr a un montón de cositas negras y marrones hacia las pareces y yo no lo soporto más, ni yo ni mis compañeros de trabajo.

Obviamente, mi jefe, enseguida nos dijo que llamaría a unos fumigadores pero le ha dado más vueltas que un molino y hemos tenido que ponernos serios para que nos hiciera caso porque se ve que pensaba que se nos iba a olvidar, los bichos dejarían de salir, y podría ahorrarse un dinero pero es que ahora que los hemos removido no van a parar y yo no puedo trabajar en esas condiciones. Lo digo como lo siento.

Además, por lo visto debe de ser algo que está pasando en muchos sitios porque este verano salieron muchísimas noticias sobre plagas e infestaciones de edificios de todas las comunidades autónomas y da igual del estrato social del que hablemos. ¡NOS INVADEN!!!!!

El País sacó un artículo para saber cuándo tenemos una plaga en casa y yo me lo he leído de cabo a rabo y tiene razón, la oficina está hasta los topes. Va a reventar. De hecho, a veces pienso que las paredes no van a aguantar la sobrepoblación que hay tras ellas y van a explotar así a lo burro haciendo que un ejército de cucas invada la oficina y desterrándonos de su nuevo territorio conquistado.

Es simple: o lo arreglan ya o no vuelvo, me despido.

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