Vivir en Santiago de Compostela es hacerlo en una ciudad donde la lluvia aparece más de lo normal en nuestro país. Esto lo notan por ejemplo los limpiaparabrisas de mi coche, por ejemplo. Además, tengo un Subaru Legacy del 93 que no es demasiado común, por lo que me las veía y deseaba en los temas de recambios, incluidos los limpiaparabrisas.
Economizar es posible
En una revista leí que se podía mantener el mismo limpiaparabrisas y sustituir solo la goma, por lo que buscando en Internet di con escobillas-limparabrisas.es, ellos me lo pusieron bastante fácil cuando les llamé. Lo que más me gustó es que no me pusieran tono raro cuando les dije el modelo de coche que tenía.
Ahora lo que hago cuando tengo que cambiarlos es comprar las gomas online y marchando. Con esto te ahorras mucho tiempo y dinero. No os podéis imaginarlo que era tener que ir a desguaces y en muchas ocasiones tener que comprar en provincias alejadas porque aquí en Galicia no había piezas de repuesto.
Mi hijo dice que es el precio a pagar por ser un friki del motor. A pesar de estos pequeños inconvenientes no cambiaría mi Subaru ni por todo el oro del mundo. Estos coches son duros como rocas y además la tracción a las cuatro ruedas ya me ha salvado en alguna ocasión de algún susto por su mejor agarre a la carretera.
Al final ahora lo tengo tan fácil como seleccionar la marca y modelo de goma, me la envían a casa cómodamente y solo tengo que poner la goma en las escobillas. Se acabó pagar de más y todo gracias al comercio electrónico que si a los que viven en las grandes ciudades les ponen las cosas más fáciles, os podéis imaginar a los que vivimos alejados. Esto nos da la vida.
Pasión por Subaru
Actualmente me dedico a comprar todo para mis dos Subaru online, ahorro un montón, en temas mecánicos compro a una web de Barcelona que siempre tiene cosas interesantes para los de nuestra marca. Le tengo bien preparado, pero con gusto. Quería huir de la estética Racing que para un coche de la calle no es que me guste mucho, pero eso sí, quería tener buen confort y seguridad.
Lo más que me he gastado fue en pintar todo el coche con su color negro original y en comprarle unas llantas algo más deportivas, pero sin que destacase en demasía. Mis dos coches duermen en garaje. El otro es un Impreza más nuevo al que de momento no he tenido que comprar escobillas, pero en cuento llegue el momento, tengo claro que será allí donde acuda para hacer el mantenimiento.
Así que ya ves, los aficionados a los coches “raritos” tenemos que buscarnos las castañas como sea y si encima nos podemos ahorrar un buen pico, pues mejor. Es una afición que uno disfruta mucho, pero también es cierto que a veces se complican en demasía las cosas y hay que tirar de investigación e inventiva.