Entrar en el tema de las terapias alternativas es entrar en un debate constante. Hay defensores y detractores de todas y cada una de las terapias naturales o alternativas a la medicina tradicional que podamos encontrar y, en nuestra opinión, todo se resume en la siguiente frase “los extremos nunca fueron buenos”.
Personalmente creo que esta afirmación se puede aplicar a prácticamente cualquier situación en la que podamos encontrarnos, y digo “prácticamente” por no resultar demasiado tajante pero, en realidad, creo que se podría aplicar a cualquier situación.
Centrándonos en lo que nos atañe hoy, las terapias alternativas, soy de las que piensa que si algo no hace daño y hay alguna posibilidad de que tenga efectos positivos ¿por qué no probarlo? Pero eso no significa que deba dejar de tratar mis problemas, enfermedades o patologías con medicina tradicional. Digo esto porque antes de pasar a argumentar los beneficios de ciertas terapias alternativas quiero dejar claro que estas terapias no se deben usar en lugar de una terapia de medicina tradicional, sino como un plus, una ayuda más que puede servirnos, o no, para paliar ciertos síntomas.
Las terapias más reconocidas
Homeopatía
La homeopatía se basa en la ley de similitud. Para que lo entendáis tiene un fundamento similar al de las vacunas más antiguas de la medicina tradicional que se basaban en inocular mínimas cantidades de un virus a las personas para que sus cuerpos creen defensas contra ellos y, por lo tanto, estén protegidas contra esa cepa del virus en caso de exposición. La homeopatía hace lo mismo pero con una diferencia, y es que cree que el resultado será diferente dependiendo de si la persona que es tratada está o no enferma de aquello que se le trata.
En otras palabras, lo que provoca síntomas en una persona sana puede curar los mismos síntomas en una persona enferma siempre y cuando se le dosifique en cantidades muy pequeñas.
Hoy en día, la homeopatía está muy en tela de juicio en toda España pues, muchos expertos, consideran que su efecto es nulo. No obstante ¿causa algún daño? La respuesta es no así que, mientras no dejes el tratamiento tradicional ¿qué tiene de malo probar algo que puede ayudarte y que no tiene efectos secundarios?
Osteopatía
La osteopatía se basa en que el masaje, y otras manipulaciones de tejido muscular y los huesos, puede ayudar, curar y/o beneficiar a ciertos pacientes. Óscar Díaz, experto osteópata, asegura que con esta técnica se busca equilibrar nuestro organismo de modo que funcione correctamente.
Esto es así porque la osteopatía tiene la creencia de que todos los sistemas del cuerpo trabajan conjuntamente, están relacionados, y por tanto los trastornos en un sistema pueden afectar el funcionamiento de los otros.
Acupuntura
La acupuntura es una terapia nacida en oriente y utilizada desde hace varios siglos, y hasta la actualidad, para tratar dolores lumbares, osteoartritis, migrañas, síndrome del túnel carpiano, fibromialgia, calambres menstruales, contracturas, etc. Se basa en la estimulación de ciertos puntos anatómicos que, supuestamente, son los que llevan la energía a las zonas afectadas de nuestro organismo.
La mayor parte de las veces, se estimulan esos puntos con agujas muy finas en la piel pero existen otras técnicas de presión que usan el mismo principio.
Aromaterapia
Normalmente se utiliza la aromaterapia para mejorar el estado de ánimo de las personas. En teoría, también puede beneficiar ciertos aspectos de nuestra salud pero en nuestro país es más utilizada en temas psicológicos y anímicos que en el resto de sus vertientes.
Esta terapia puede ayudar a aliviar los efectos secundarios causados por los agresivos tratamientos que se usan en medicina tradicional para tratar esta enfermedad. Como veis, en esta acepción, se usa como un plus, y jamás como una terapia sustitutiva. También ayuda con enfermedades tan generalizadas como la bronquitis, la artritis, el estreñimiento o la mala circulación.
Reflexología
La reflexología estimula ciertos puntos sobre pies, manos, nariz u orejas afirmando que existen conexiones entre esos puntos y diferentes órganos de nuestro cuerpo. Así, quien tiene un problema de hígado y cree en esta terapia, acudiría a un profesional para que estimulara cierta zona en el pie que, en teoría, está conectada con su hígado.
Esta terapia podría aliviar dolencias como dolor de espalda, dolor de cuello, estreñimiento, gastritis, dolores menstruales, asma, cefalea, etc.
Otras terapias alternativas interesantes: cromoterapia, feng shui, flores de bach, hipnosis, hidroterapia, talasoterapia, haloterapia, artes marciales, fitoterapia, meditación, yoga, musicoterapia, quiropráctica, reiki, risoterapia, Shiatsu, vinoterapia, técnicas de relajación, etc.