¡Ay, cuantas veces habremos oído que una copa de vino al día alarga la vida! En la mayoría de los casos, el consumo excesivo de alcohol puede ser perjudicial para nuestra salud. Si embargo, el consumo de vino en sí mismo de forma moderada, no debería de ser un problema.
Las personas que aman el vino en todas sus vertientes, se consideran “enófilas” y pueden disfrutar del mismo a través de su sabor, su cultura y su historia. Para ellos, realizar rutas enológicas y practicar enoturismo en general es cómo ir a un parque de atracciones, ya que se lo pasan en grande.
Los enófilos por lo general suelen disfrutar del vino de manera moderada y esto puede ayudarles a disfrutar de beneficios que afecten a su salud ¿Quieres saber cómo? Te lo contamos a lo largo de este artículo.
¿Cómo se fabrica el vino?
Si eres un enófilo ya nos imaginamos que probablemente lo sabrás bastante bien. En cambio, este dato puede ser bastante interesante para personas que están empezando a interesarse por este mundo.
Todo comienza con la plantación de la vid, la cual se realiza en empresas con terrenos y viveros especializados en dicho sector. Podemos llegar conocer este proceso de forma muy amena a través del contenido visual, la historia y los productos de la web de la empresa Plantvid.
Tras la plantación de la vid, con el tiempo se puede pasar a recoger las uvas. De hecho, este tipo de trabajo es muy conocido, llamado “la recolección de la uva” o “vendimia”. Lo realizan muchas personas para ganarse un dinero durante la época de recolecta. Es un trabajo bastante duro, ya que se hace en épocas de calor y requiere mucha paciencia y precisión.
Tras la recolección de la uva, se realizan diferentes procesos que contribuyen a crear el vino.
Primero viene el “despalillado”, que consiste en separar los racimos de las uvas para luego prensarlas y extraer su zumo.
Una vez lo tengamos, el zumo ya puede pasar a fermentar. La fermentación se realiza en grandes tanques o en barricas de roble. Durante este proceso las levaduras convierten los azúcares del zumo en alcohol (la duración de este proceso puede variar según el tipo de vino que busquemos obtener y las condiciones de la propia bodega).
Tras la fermentación, el vino se deja reposar para que las partículas sólidas se asienten en el fondo del tanque o barrica para luego poder separarlo de las partículas sólidas. Después de que acabe este proceso se puede realizar el último paso: el envejecimiento del vino.
Este último proceso se realiza en barricas de roble para añadir sabor y personalidad al vino, como ocurre en algunos casos como los vinos tintos y blancos. El tiempo de envejecimiento será distinto en función del del tipo de vino. Una vez haya acabado este proceso, se embotella el vino y se sella con un corcho (además de ponerle una etiqueta para clasificar y diferenciar el vino obtenido)
Estos vinos finalmente embotellados se almacenan en una bodega fresca y oscura para que puedan madurar y mejorar con el tiempo.
Curioso ¿verdad? Pues ya conoces el proceso de elaboración de vino, si es que aún no lo conocías. Es un arte que tiene muchos años y experiencia a su espalda, por lo que no nos asombra nada que guste a tanta gente.
Una vez que tenemos ya nuestro vino elaborado con mimo y trabajo, podemos disfrutar de su sabor. La buena noticia es que su sabor no es lo único que nos va a traer buenas sensaciones, ya que existen muchos beneficios para nuestra salud si realizamos un consumo moderado de vino.
¿Qué beneficios conlleva para nuestra salud el consumo moderado de vino?
Son muchos los beneficios que trae para la salud el consumo moderado de vino, al igual que ocurre con la cerveza. Si sabemos hacer las cosas bien y no cometemos excesos, podremos disfrutar debidamente de sus propiedades antioxidantes y muchas más, entre las que podemos encontrar:
- El consumo de vino reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Se ha demostrado que el consumo moderado de vino, especialmente de vino tinto, puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluyendo ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Los antioxidantes del vino, como los polifenoles, pueden ayudar a mejorar la salud del corazón y reducir la inflamación.
- Reduce el riesgo de padecer diabetes tipo 2.
Se ha demostrado que el consumo moderado de vino puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir el riesgo de diabetes tipo 2.
- Mejora la salud mental.
El vino contiene compuestos que pueden ayudar a reducir el riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer. También puede mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés y la ansiedad.
- Mejora la digestión.
El vino también es capaz de estimular la producción de enzimas digestivas y mejorar la digestión de los alimentos. Además, marida de maravilla con muchas comidas, así que ¡doble ventaja!
- Ayuda a prevenir el cáncer.
Los antioxidantes del vino pueden ayudar a prevenir el daño celular y reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de colon y el cáncer de mama.
¿Qué te parece? Está bueno, tiene mucha variedad y además es bueno para nuestra salud.
Aun así, para acabar queremos recordarte una vez más la importancia de consumir alcohol de forma responsable, ya que estos beneficios solo se han observado en el consumo moderado que generalmente se define como una o dos copas al día. De forma contraria, el consumo excesivo de alcohol puede tener efectos negativos en la salud y aumentar el riesgo de padecer enfermedades relacionadas con el alcohol, como la cirrosis hepática y la dependencia del alcohol.
Eso ha sido todo, esperamos haber aportado información curiosa en tu día y ya sabes, nos encantará saber que consumes vino ¡pero con moderación!