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Se vuelve a retomar la fiebre por introducir mejoras y reformas en nuestro hogar

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Las necesidades de la gente van cambiando con el paso de los años y con la paulatina transformación de la sociedad. Y esos cambios son algo que lo abarca absolutamente todo: el trabajo del día a día, la vivienda en la que residimos, la manera de invertir nuestro tiempo libre… En los párrafos que vais a leer, vamos a comentar algunos asuntos relacionados con uno de los cambios que hemos enumerado anteriormente: el que tiene que ver con nuestra vivienda. Sentirse cómodo en ella es básico para que podamos aspirar a la vida que realmente queremos y que merecemos.

Hay personas que sienten un verdadero pánico por todo lo que rodea a la reforma de una vivienda. Sin embargo, no debería haber motivo por el cual esto fuera así. Una reforma ha de ser vista como una inversión en todos los sentidos. Desde el punto de vista económico, desde el punto de vista que atañe a nuestra calidad de vida, desde el punto de vista de la comodidad de nuestros hijos e hijas… Aunque durante algunos días la vida en el domicilio no sea exactamente igual, lo cierto es que compensa y mucho apostar por una reforma para ganar, en definitiva, en felicidad.

Por suerte, ha llegado hasta nuestros oídos que son muchas las familias españolas que van a hacer propia esa inversión se os comentábamos en el párrafo anterior para mejorar en lo que tiene que ver con su vida hogareña. Según informaba la noticia que os vamos a enlazar y que pertenece al diario El País, en 2019 estaba previsto que los españoles reformáramos 37.600 viviendas más que durante todo el año anterior. Y eso que desde las instituciones públicas se estaba retrasando la ejecución de las ayudas a todas aquellas familias que apostaban por esto.

Según otra noticia, en este caso publicada en la web del diario 20 Minutos, en ese mismo año los propietarios y van a gastar un total de 700 euros de media en la remodelación de sus viviendas, lo cual pone de manifiesto la importancia que se le otorga a día de hoy a todos aquellos aspectos que nos puedan ayudar a mejorar nuestra calidad de vida en el hogar. Según se indica en ese artículo, buena parte de la inversión de los propietarios se dedica a la reforma de la cocina o el baño, dos de las estancias básicas de cualquier vivienda que se precie.

Antes de la pandemia, se había puesto de moda en España la remodelación de una vivienda. En este sentido, estábamos registrando datos históricos y que se fueron degradando a medida que la pandemia hizo mella en la sociedad española. Ha sido durante la recta final de esta primavera, momento en el que la vacunación masiva ha empezado a surtir efecto y momento también en el que ha caído el Estado de Alarma, cuando los españoles y españolas han decidido retomar ese gusto por darle un cambio a su vivienda, un cambio que juega un papel muy importante a la hora de hacer de nuestra casa o piso un lugar de ensueño. Es lo que nos transmiten desde Grupo Navitec. 

El confinamiento nos ha permitido describir qué sobra y qué falta 

Es evidente que tener que confinarnos del modo en el que le hicimos el año pasado no fue una buena experiencia. Permanecer recluidos en nuestro hogar implicó malas noticias para la economía en general y para nuestra salud mental en particular. Pero, una vez analizado todo lo que supuso el confinamiento y superada esa peor parte de la pandemia, podemos extraer conclusiones acerca de algunos asuntos de los que nos hemos ido dando cuenta a medida que pasábamos más y más horas en nuestro hogar.

Por poner un ejemplo, el confinamiento nos ha permitido ver qué partes de nuestra vivienda nos han resultado más útiles y a cuáles podemos asignar una nueva función. Nos ha permitido experimentar y ver qué mejoras son necesarias dentro del hogar. Y es ahora en el momento actual, cuando estamos poniendo en práctica esos nuevos conocimientos adquiridos a través de reformas. La verdad es que los resultados están siendo de lo más positivos para las familias y eso es lo que realmente cuenta.

Si no estuviéramos cómodos y si no fuéramos felices en nuestro propio hogar, coincidiremos en que tendríamos un problema. Y un problema de los bien llamados gordos. ¿Dónde podríamos ser más felices que en nuestro propio hogar? Está claro que en ningún otro sitio. Por eso, hay que apostar por llevar a cabo los cambios que consideremos adecuados. Y eso, en la mayoría de las ocasiones, implica una reforma. No debemos asustarnos ni mucho menos. De hecho, la sensación tiene que ser la contraria: la de la ilusión por la introducción de mejoras. Serán esas mejoras las que hagan de nuestra vida algo mejor.

 

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