Las tobilleras son esa joya totalmente incomprendida que lucimos unos pocos y que parece que solo son para el verano ¡Es tan injusto! Entiendo que cuando mejor quedan es cuando llevamos pantalones cortos, o faldas cortas porque llevar la pierna al aire, o por lo menos parte de ella, es la única forma de garantizar que se vean, pero ¿acaso no es exactamente lo mismo lo que ocurre con una pulsera o un collar?
Con manga larga, lucir una pulsera es complicado, y si no llevas escote dudo mucho que puedas lucir un bonito colgante (a no ser que lo lleves sobre la camiseta, cosa que a mí no me gusta), y sin embargo nadie se lleva las manos a la cabeza si portas pulsera o collar en pleno invierno ¿verdad? Entonces, ¿por qué ha de ser diferente el tratamiento que le damos a las tobilleras?
Obviamente no voy a ponerme una tobillera con unas botas, y no lo digo porque se va o no, sino porque probablemente me hará daño su roce con el tobillo al caminar, pero ¿por qué no iba a llevarla si porto unos pantalones vaqueros y unas zapatillas? No se verá todo el rato pero cada vez que me siente y se eleve un poco el pantalón podré lucir mi tobillo con ella puesta. Eso sí, habrá que llevar calcetines cortos…
Lo que quiero decir es que este accesorio me parece que queda relegado a un segundo plano todos los años cuando acaba el verano y no tendría por qué ser así. A mí me encantan las tobilleras, me parece que hacen un pie precioso a quien las porta, muy sexy a la vez que juvenil y con gracia, y por eso me gusta seguir llevándolas aunque sea invierno.
Este año me he comprado dos diferentes. Una la compré en Coseta, esta tienda online de joyería de plata 925, es azul océano y me pareció divina para lucir en verano con looks marineros sobre todo. Pero también me compré una en Serrano Joyeros, mucho más elegante que la otra, para lucir en ocasiones diferentes. Es de plata y porta dos circonitas multicolor de adorno en el centro. Totalmente preciosa.
Obviamente la primera tobillera no creo que me la ponga en invierno, pero del mismo modo en el que tampoco me pondría un vestido playero, pero ¿por qué no iba a ponerme la otra? La puedo lucir el cualquier evento e incluso para ir a trabajar en traje de chaqueta porque no desentona para nada.
Joyas de temporada
Y es que podríamos decir que las tobilleras están consideradas joyas de temporada. No sé si eso existe la verdad, no tengo ni idea, pero es así como yo llamo a todas esas joyas, accesorios y complementos que te pones durante ciertos meses del año y que luego guardas en el armario hasta el año siguiente.
Si me compro un anillo y me lo quiero poner todo el año puedo hacerlo, ¿verdad? sobre todo si es un anillo sencillo y elegante, sin embargo, si me compro un collar de caracolas de mar tal vez quiera quitármelo cuando comience el otoño porque ya no pega tanto lucirlo en el cuello. En ese caso, lo guardaré y no lo sacaré hasta la llegada del calor y de los días de playa el año siguiente, y eso es una joya de temporada para mí.
¿Qué otras joyas de temporada puedo nombrar? Pues, por ejemplo, las pulseras de cuero, tanto para ellas como para ellos. Hay muchos que las llevan en verano pero cuando realmente pegan fuerte es en otoño-invierno. Y es que el cuero, casi siempre marrón o negro, da un look juvenil y otoñal a quien lo porta, además, ahora sus diseños son bonitos y modernos y los pueden llevar tanto ellas como ellos por lo que quedan estupendamente casi en cualquier situación. Ahora bien, en verano y a pesar de que muchos las luzcan igual, yo no las recomendaría. Para empezar porque no me pegan demasiado con el look sencillo y colorido de los meses estivales y para continuar porque el cuero no deja pasar el aire y, por tanto, si llevas una de esas pulseras y es un poquito ancha ten por seguro que tu muñeca sudará a mares.
Las cruces son otra joya que yo considero de temporada. Da igual si las llevas en unos pendientes o en un colgante porque yo cuando veo una cruz pienso, directamente, en un look invernal. No veo a una chica joven luciendo un colgante con cruces como los nuevos de Dolce & Gabanna que imitan, o se inspiran, en los clásicos rosarios católicos en pleno verano, con camiseta rosa y floreada de tirantes. Más bien, en todo caso, la veo portando una camiseta de escote negra y un rebecón blanco, por ejemplo, o algo similar.
¿Y qué me decís de los nuevos y maximalistas ear cuff? Para aquellos que estén un poco perdidos con esta nueva denominación les haré un pequeño resumen descriptivo: se trata de un pendiente, o pareja de pendientes, que se engancha a la oreja sin necesidad de agujeros. Normalmente, envuelven el borde de la oreja con adornos elegantes o extravagantes. Se pueden usar en orejas sin agujero o también perforadas. Llaman muchísimo la atención porque, aunque hay algunos muy discretos, la mayoría destaca por su gran tamaño. De hecho, lo normal es que adornen gran parte de la oreja por lo que suele lucirse en solitario. Personalmente creo que algo tan enorme en la oreja, en pleno verano, debe ser incomodísimo, y además no creo que los accesorios grandes vayan con los looks estivales así que, de nuevo, creo que se trata de una joya de temporada invernal o, como mucho, otoñal.
No obstante a me gustan más las cosas sencillas y cualquier cosa demasiado extravagante no va conmigo. De hecho, aunque me encantan los accesorios, soy de lucir pocos a la vez. Por ejemplo, si me pongo una pulsera no me pongo anillos y si me pongo un colgante es posible que me ponga un anillo pero no una pulsera. En este sentido soy más bien minimalista. Tal vez por eso me gustan tanto las tobilleras porque hacen un efecto precioso en el pie al tiempo que lucen discretas en un segundo plano.
Sin embargo ¿qué me decís de un pendiente largo? Está claro que esto va a gustos, como todo en realidad, pero un pendiente largo en verano como que no lo veo. Yo normalmente llevo el pelo en coleta o recogido como sea para evitar el calor que me provoca llevarlo suelto en la nuca, la espalda y en general. Y es que con 35 grados de media me agobia cualquier cosa en la piel, normal ¿no? Así que con todo el pelo retirado y una camiseta veraniega no me encaja demasiado llevar un pendiente demasiado largo. Ahora imaginemos que es otoño o invierno y llevo mi pelo suelto o en un elegante moño, entonces puede que el pendiente largo me vaya como anillo al dedo con el look, sobre todo si llevo cuello alto. Personalmente creo que los cuellos largos que pueden lucir jerseys de cuello vuelto y cosas similares son perfectos para portar pendientes largos ¿no creéis? Y, por tanto, los pendientes muy largos son, de nuevo, una joya de temporada.
Por otro lado, las joyas no demasiado grandes con piedras naturales son ideales para el verano. ¿Os imagináis un bonito collar con un colgante elegante de piedra turquesa que se luce en un look ibicenco, todo blanco? Precioso.
También me parecen joyas de temporada de verano todas aquellas que lucen tonos coloridos y flores juveniles. No hablo de los pendientes en forma de flor que podemos lucir todo el año, hablo por ejemplo de esos aros pequeños de plata de los que cuelga una pequeña flor colorida, que incluso parecen infantiles o muy juveniles, y que a veces están hechas con bolitas de colores o similares. Son perfectas para el verano pero, ¿las llevarías en invierno al trabajo? Creo que no, o por lo menos, yo no.
Pero ¿por qué no llevar la tobillera todo el año? No se trata en sí de la joya sino de cómo la combines o del diseño que tenga. Es como lo de los pendientes, ¿se pueden lucir todo el año? claro que sí, ¿pero llevaría los que acabamos de nombrar de flores en invierno? La respuesta es no, llevaría otros y, por la misma regla de tres, la tobillera puede tener un diseño o estilo en verano para lucirlas con un outfit concreto y luego tener otro diseño para portarlas en invierno así que, de nuevo, abogo por sacar a la “tobillera” de la lista de joyas de temporada desde ya mismo.