Hablando de Reclamaciones

shutterstock_366109472reducida

Más de 7.000 en las Islas Baleares, 2.000 en Alicante, 223 en Corvera, 444 en Avilés… esos son los números  de reclamaciones a consumo de diferentes comunidades y localidades españolas… ¿Cómo puede haber esa diferencia tan abismal?  Pues muy sencillo, el turismo.

No tengo estadísticas que demuestren lo que estoy diciendo pero teniendo en cuenta los números que he encontrado es la única conclusión que puedo sacar de todo eso o, al menos, es la más obvia. Otra conclusión que podemos sacar es que los servicios de atención al cliente en algunas comunidades son mucho peores que en otras y si la diferencia no fuera tan grande probablemente podría creérmela, pero cuando hablamos de una diferencia de 6.000 reclamaciones esa teoría no cuadra.

En Baleares, los sectores que más reclamaciones generaron fueron el de la telefonía, internet y TDT, con 1521 quejas, lo cual desmontaría un poco mi teoría, pero ya el segundo sector se encamina un poco hacia lo que yo opino pues se trata del transporte aéreo con 1242 reclamaciones.

En la Alicante ocurre algo similar pues es la telefonía la que más quejas provocó por parte de los consumidores pero le siguen la hostelería, las agencias de viaje, las tiendas de material informático, etc.

Y algo similar ocurre en el resto de municipios españoles donde la mayoría de reclamaciones pertenece al sector de la telefonía pero el segundo dato más alto pertenece al sector del turismo en las comunidades con más afluencia de viajeros y, por tanto, es el dato que hace marcar la diferencia.

A nosotr@s, que nos gustan tanto las tendencias y la moda en general, esto nos afecta indirectamente porque, por regla general, solemos realizar más compras que la media española y tenemos más posibilidades de llegar a tener que poner una reclamación a consumo, pero ¿Sabemos realmente cómo se hacen?

Para empezar debemos saber que una reclamación es un escrito presentado por una persona consumidora y usuaria para poner en conocimiento de la Administración una vulneración de sus derechos o intereses particulares en la compra de un bien o en la prestación de un servicio de una empresa, un establecimiento comercial o un prestador de servicios. Con ella, solicita el cumplimiento, sustitución o resarcimiento del objeto del contrato cuando no ha sido posible llegar a un acuerdo amistoso.

Con una reclamación puedes obtener, mediante una mediación o arbitraje, la reparación de un daño, la devolución de ciertas cantidades económicas o bien la rescisión de un contrato o anulación de una deuda. En reclamacionesconsumo.es, la web especializada de Durán &Durán Abogados, podéis encontrar muchísima información al respecto e incluso pedir asesoramiento en caso de necesitarlo.

Un derecho que no todos ejercen

Hay muchísimas personas que prefieren no ejercer ese derecho, bien por falta de información o bien por no tener ganas de “complicarse”. Normalmente, ante una discusión en un establecimiento o un trabajo mal hecho, optamos por la disputa, por echar en cara al trabajador lo mal que lo ha hecho e incluso por ir pasando mediante el “boca a boca” nuestra opinión para evitar que otros consumidores caigan en el mismo error que hemos caído nosotros, pero olvidamos la reclamación a consumo o preferimos no ponerla por comodidad, cuando “lo económico” no nos toca demasiado.

El ejemplo perfecto lo tenemos en Sanidad. Hay médicos maravillosos que no sólo se limitan a hacer su trabajo sino que, además, se involucran con sus pacientes y dan el 100% de ellos mismos para poder ayudar, pero también hay médicos que dejan mucho que desear ¿y qué hacemos nosotros cuando nos encontramos con este tipo de facultativos? Pues dependiendo de la gravedad lo dejamos estar o pedimos cambio de médico.

Hay un digestivo en Alicante que tiene fama de tratar mal a sus pacientes, de hablarles mal, de no investigar demasiado los motivos por los que se encuentra mal y de achacar todo a “los nervios”. Cientos de personas se han quejado pero sólo unos pocos han llegado a poner una reclamación en “Atención al Paciente” que viene a ser lo mismo que “Consumo” para el resto de sectores, el resto se limita a pedir cambio de médico o a quedarse con lo que le ha dicho ese doctor con tal de no mover demasiado el asunto y ¿qué ganamos con eso? Nada… sólo que a otros pacientes les ocurre lo mismo que a nosotros.

Si queremos cambiar las cosas hay que mover el culo. Si nos tratan mal en un establecimiento, nos dan productos en mal estado, nos hacen trabajos mal hechos o nos atienden de malos modos, tenemos que reaccionar y no quedarnos sólo con el “mal cuerpo” por lo que ha pasado. La reclamación es la única vía que tenemos los consumidores para expresar lo que está pasando ante la ley y debemos ejercer nuestro derecho o, de lo contrario, todo seguirá como hasta ahora.

Suscríbase a nuestro boletín

Comparte este post con tus amigos

Scroll al inicio