Cuando una pareja está en crisis, lo mejor es hablar, hablar y volver a hablar. Nunca puede quedar nada en el tintero. Es la mejor forma de poder solucionar los problemas. Ser sinceros, abrir el corazón y volver a depositar la confianza. Dar oportunidades nuevas pero con confianza, porque si no, no sirve para nada. Ahora bien, en ocasiones, cuando la cuerda está a punto de romperse, lo mejor es ponerse en manos de profesionales.
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